jueves, 28 de abril de 2011

Reflexiones de Fidel - Un fuego que puede quemar a todos

Se puede estar o no de acuerdo con las ideas políticas de Gaddafi, pero la existencia de Libia como Estado independiente y miembro de las Naciones Unidas nadie tiene derecho a cuestionarlo.

Todavía el mundo no ha llegado a lo que, desde mi punto de vista, constituye hoy una cuestión elemental para la supervivencia de nuestra especie: el acceso de todos los pueblos a los recursos materiales de este planeta. No existe otro en el Sistema Solar que posea las más elementales condiciones de la vida que conocemos.

Los propios Estados Unidos trataron siempre de ser un crisol de todas las razas, todos los credos y todas las naciones: blancas, negras, amarillas, indias y mestizas, sin otras diferencias que no fuesen las de amos y esclavos, ricos y pobres; pero todo dentro de los límites de la frontera: al norte, Canadá; al sur, México; al este, el Atlántico y al oeste, el Pacífico. Alaska, Puerto Rico y Hawai eran simples accidentes históricos.

Lo complicado del asunto es que no se trata de un noble deseo de los que luchan por un mundo mejor, lo cual es tan digno de respeto como las creencias religiosas de los pueblos. Bastarían unos cuantos tipos de isótopos radiactivos que emanaran del uranio enriquecido consumido por las plantas electronucleares en cantidades relativamente pequeñas ─ya que no existen en la naturaleza─ para poner fin a la frágil existencia de nuestra especie. Mantener esos residuos en volúmenes crecientes, bajo sarcófagos de hormigón y acero, es uno de los mayores desafíos de la tecnología.

Hechos como el accidente de Chernóbil o el terremoto de Japón han puesto en evidencia esos mortales riesgos.

El tema que deseo abordar hoy no es ese, sino el asombro con que observé ayer, a través del programa Dossier de Walter Martínez, en la televisión venezolana, las imágenes fílmicas de la reunión entre el jefe del Departamento de Defensa, Robert Gates, y el Ministro de Defensa del Reino Unido, Liam Fox, que visitó Estados Unidos para discutir la criminal guerra desatada por la OTAN contra Libia. Era algo difícil de creer, el Ministro inglés ganó el “Oscar”; era un manojo de nervios, estaba tenso, hablaba como un loco, daba la impresión de que escupía las palabras.

Desde luego, primero llegó a la entrada de El Pentágono donde Gates lo esperaba sonriente. Las banderas de ambos países, la del antiguo imperio colonial británico y la de su hijastro, el imperio de Estados Unidos, flameaban en lo alto de ambos lados mientras se entonaban los himnos. La mano derecha sobre el pecho, el saludo militar riguroso y solemne de la ceremonia del país huésped. Fue el acto inicial. Penetraron después los dos ministros en el edificio norteamericano de la Defensa. Se supone que hablaron largamente por las imágenes que vi cuando regresaban cada uno con un discurso en sus manos, sin dudas, previamente elaborado.

El marco de todo el escenario lo constituía el personal uniformado. Desde el ángulo izquierdo se veía un joven militar alto, flaco, al parecer pelirrojo, cabeza rapada, gorra con visera negra embutida casi hasta el cuello, presentando fusil con bayoneta, que no parpadeaba ni se le veía respirar, como estampa de un soldado dispuesto a disparar una bala del fusil o un cohete nuclear con la capacidad destructiva de 100 mil toneladas de TNT. Gates habló con la sonrisa y naturalidad de un dueño. El inglés, en cambio, lo hizo de la forma que expliqué.

Pocas veces vi algo más horrible; exhibía odio, frustración, furia y un lenguaje amenazante contra el líder libio, exigiendo su rendición incondicional. Se le veía indignado porque los aviones de la poderosa OTAN no habían podido doblegar en 72 horas la resistencia libia.

Nada más le faltaba exclamar: “lágrimas, sudor y sangre”, como Winston Churchill cuando calculaba el precio a pagar por su país en la lucha contra los aviones nazis. En este caso el papel nazifascista lo está haciendo la OTAN con sus miles de misiones de bombardeo con los aviones más modernos que ha conocido el mundo.

El colmo ha sido la decisión del Gobierno de Estados Unidos autorizando el empleo de los aviones sin piloto para matar hombres, mujeres y niños libios, como en Afganistán, a miles de kilómetros de Europa Occidental, pero esta vez contra un pueblo árabe y africano, ante los ojos de cientos de millones de europeos y nada menos que en nombre de la Organización de Naciones Unidas.

El Primer Ministro de Rusia, Vladimir Putin, declaró ayer que esos actos de guerra eran ilegales y rebasaban el marco de los acuerdos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Los groseros ataques contra el pueblo libio que adquieren un carácter nazifascista pueden ser utilizados contra cualquier pueblo del Tercer Mundo.

Realmente me asombra la resistencia que Libia ha ofrecido.

Ahora esa belicosa organización depende de Gaddafi. Si resiste y no acata sus exigencias, pasará a la historia como uno de los grandes personajes de los países árabes.

¡La OTAN atiza un fuego que puede quemar a todos!

Fidel Castro Ruz

Abril 27 de 2011

7 y 34 p.m.

miércoles, 27 de abril de 2011

¿Quién invitó a Joaquín Pérez Becerra? - Iván Maiza

Nunca dejará de asombrarme la capacidad que tiene la izquierda latino americana para ir hacia delante sin mirar a los lados, sin planes a largo plazo, sin observancia del mundo en que vive. Sin importarle quien se juega la vida en cosas que no son estratégicas, ni siquiera tácticas, lo importante es siempre el sacrificio, el demostrar que no se está traicionando los más altos valores revolucionarios, el “nunca bajar la cabeza” de aquel personaje de Osvaldo Soriano en “A sus plantas rendido un León”.

Es triste que el Gobierno Bolivariano se haya tenido que ver en la necesidad de deportar al camarada Joaquín Pérez Becerra, un camarada del movimiento bolivariano de nuestra Colombia. Es triste y lamentable, es doloroso y bochornoso, pero yo no culpo en lo más mínimo al Gobierno Bolivariano, más bien lo compadezco, siento solidaridad con mis camaradas que tuvieron que realizar ese abominable hecho, sobre todo con el compañero Comandante, quién debe haber sufrido mucho.

El hecho es que Joaquín no estaba en Maicao perseguido por una jauría de las AUC y tuvo que cruzar la frontera, ni estaba clandestino, ni siquiera pasando roncha, estaba en Suecia montando su periódico, tranquilito. Y bueno, se vino a Venezuela, agarro un avión y chupulún, cae en Maiquetía. Previa llegada, la llamada de Santos a Chávez, “Ey parserito ¿todo bien?, pa allá va uno que busco yo, me lo detiene y me lo manda, ¿si?, usted no va a dejar mal nuestra amistad”.

Joaquín, en pleno vuelo ya estaba sentenciado, y el Gobierno Bolivariano también. Cabe destacar, para todos aquellos obtusos camaradas que solo ven pa´lante, que hasta en el momento en que Joaquín va volando, y Santos va a levantar el teléfono para llamar a Chávez, el Gobierno Bolivariano anda absolutamente inocente del tema. Posterior a la llamada de Santos, quedan dos opciones:

1 – Detenerlo

2- No Detenerlo

No hay que ser un genio para darse cuenta de que ambas opciones son una mierda. Si lo detienes pues te hechas encima a toda la izquierda que va pa´lante, si no lo haces te jodes con un vecino malandro, belicoso y apoyao. Si lo haces te jodes, si no lo haces te jodes, si lo haces eres una mierda, sino lo haces eres una mierda, dependiendo de quién te juzgue, ya sean los hermanos o los enemigos semi-pacificados.

Una estrategia que pone a Venezuela en situación de Perder-Perder, y a la derecha colombiana en una de Ganar-Ganar. Cuando Joaquín va en el avión, ya la derecha colombiana ganó. Cuando Joaquin va en el avión y Santos levanta el teléfono, ya el Comandante está preso, no Joaquín, es el Comandante Chávez quién queda preso de una decisión que jamás debió haber sido siquiera puesta en el tapete.

Ahora la pregunta es: ¿Cómo lograron poner a Chávez en semejante aprieto? Y claro para responderla debemos responder primero lo primero: ¿Quién le dijo a Perez Becerra que tomara ese avión? ¿Quién le dijo que todo estaba bien? ¿Quién le dio la seguridad de que todo estaba en orden? Estoy seguro que si alguien le dice que el gobierno no está al tanto y no está dispuesto a defenderlo si Santos se emputa, pues el hombre no se viene, seguro preguntó un par de veces por su seguridad y alguien le dijo "todo bien parsero, aquí lo esperamos".

El momento es ideal, negociaciones en Caratagena entre Lobo y Zelaya, reapertura del comercio y de las relaciones entre Venezuela y Colombia, y previo a la extradición de Makled. Es el propio propio momento para poner a Chávez a decidir entre sus hermanos de la izquierda continental, o volver a los días del cierre de fronteras, de las acusaciones de que su gobierno es un gobierno forajido defensor de terroristas, volver a la militariazación del Zulia, Táchira y Apure.

Un día después de lo de Joaquín Pérez Becerra, el guevonazo que aún cree que es presidente de España, Zapatero, desmiente una información de que el etarra más buscado estaba camino a Venezuela, ¿casualidad? ¿parte del plan? posiblemente si, posiblemente no. Lo cierto es que el que metió a Joaquín en ese avión, pareciera que trabaja pa aquel lado, junto a Zapatero, y al parecer no se esperaban la respuesta de Chávez y Zapatero se quedo sin su rol en esta película.

A todas estas, yo creo que Joaquín entiende, él sabe que una operación de carácter estratégico no se pone en riesgo por nada del mundo, y que si un cuadro se despista y da papaya, poniendo en riesgo toda una operación, sufrirá las consecuencias. Él sabe perfectamente que hay un orden cerrado y una linea de mando, una compartimentación de la información y que la información se divulga cuando las condiciones están dadas y que la unidad de las fuerzas revolucionarias son la garantía de la victoria. Él sabe todo eso, estoy seguro, y quiero creer, que no fue él quién violó las normas básicas de la militancia. Créanme que no diría esto mismo sobre si el caso fuera que un grupo de desplazados es obligado a regresar a donde les espera un comando de las AUC, el pueblo colombiano merece una defensa de este lado que se ha quedado corta, pero.....¡¡este hombre hombre estaba en Suecia!!, por eso me hago estas preguntas, por eso me parece un peine, una jugada, una trampa montada con la anuencia de alguien aquí, por eso la denuncio como trampa, por innecesaria, por evitable, por injustificadamente estúpida.

Nosotros vamos a elecciones en un año, la Revolución Bolivariana debe afirmarse nuevamente para el último y más importante período presidencial del Comandante Chávez, para lo cual hemos previsto dos frentes fundamentales de lucha, ambos con la premisa de otorgar Buen Vivir a la mayoría del pueblo, de este pueblo que busca consolidar su independencia definitiva, esos frentes son la Vivienda y la soberanía alimentaria, lo cual permitirá aumentar la felicidad de los pueblos, garantizar buena vida para los niños y niñas de la patria, nos permitirá demostrar que el socialismo es más productivo que el capital y consolidar un nuevo modelo de desarrollo y de producción en la región. Todo ello implica:

1 – No estar en guerra.

2 – No vernos obligados a aumentar el gasto militar.

3 – No tener la frontera cerrada (jodido ganar unas elecciones sin toallas sanitarias o pañales).

4 – Detener la carnicería sicarial sobre los lideres populares en las zonas agrícolas.

5 – Contar con materiales para la construcción y elaboración de viviendas.

La tarea principal es garantizar que los objetivos planteados para la elección del 2012 sean cumplidos, que se construyan casas, edificios, pueblos y se siembren las tierras de alimentos para la población, en eso hemos decidido jugarnos la continuidad del proceso revolucionario, y en eso damos lo mejor de nosotros día a día, para luego del 2013 al 2019 enfrentarnos a la necesidad de consolidar la revolución más allá del líder, la revolución caminando sobre sus propios pasos, el socialismo consolidado y el estado burgués transformado en Poder Popular.

Los tiempos que corren no son nuestros mejores momentos, el mundo sigue caminando hacia las guerras imperiales, que la derecha recupera espacios, los que han podido evitar agresiones se han quedado cruzados de brazos, es cierto también que nuestra sociedad venezolana no avanza hacia el socialismo al ritmo deseado, la economía rentista se niega a dejar de serlo, y aunque tenemos logros importantes, el tiempo de pasar a una segunda etapa se nos va montando encima, debemos se más hábiles que nunca, más cautelosos que nunca, y para ello se establecen caminos estratégicos.

¿En que parte de la estrategia está la parte en que peleamos con Santos porque un camarada decidió alegremente venir a propiciar un escarseo diplomático? ¿En que parte hemos dicho que es el momento de la confrontación contra esa oligarquía colombiana que tanto daño nos ha hecho? ¿No ha quedado claro desde hace varios meses que estamos en otra etapa de la estrategia? Vuelvo y repito ¿Quién montó en este momento a Joaquín en ese avión? ¿Quién lo vendió para poner a la Revolución Bolivariana en riesgo de perder su ordenamiento estratégico?

Lo cierto es, camaradas, que hemos aprendido, y hemos tenido que aprender a hacer movimientos ofensivos y movimientos retrógrados, a ocultarnos, a luego volver y dar pelea en espacios propicios, la Revolución Bolivariana aprendió a a ser ágil, a dar un paso para adelante y dos para atrás y aún así avanzar, aprendió a esperar y dar golpes precisos sin un intercambio agotador que lleva al desgaste, aprendió a sortear las trampas de la derecha, y todo eso lo vamos aprendiendo día a día con nuestro estratega Presidente. ¿Será que la izquierda del siempre pa´lante no quiere que seamos ágiles contra una derecha siempre astuta y artera? ¿Les molesta o no lo entienden? O será que……..¿hay sectores en la izquierda revolucionaria que reciben ordenes del DAS?

¿Y que tal si ni siquiera fuera necesaria una infiltración del DAS en el movimiento popular?

Pues estaríamos ante el escenario de que algunos "camaradas" o algunos "partidos revolucionarios" han aventurado planes para sabotear las estrategias planteadas por el Comandante, ¿incluso montando trampas a compañeros de lucha?, camaradas que no aceptan que el Comandante haya tomado la decisión de acercarse a Santos y están dispuestos a hacer cualquier cosa que "quiebre la confianza" entre Chávez y su pueblo, entre Chávez y los pueblos del continente. Camaradas que están dispuesto a marcarle la agenda al Gobierno Bolivariano a punta de acciones de sabotaje, ¿será posible eso? ¿como en los tiempos en que camaradas vendieron al Ché o sabotearon el M-26? prefiero pensar que fue el DAS.

La otra opción es que algún bravo militante venezolano haya dicho "un revolucionario puede invitar a otro a su revolución cuando le de gana" sin ver a los lados, sin observar lo que ocurre en el mundo, sin leer su entorno, sin calcular riesgos, sin prever escenarios, poniendo en riesgo tantas cosas, pasando por alto tantas otras, siempre pa´lante, pa´lante, pa´lante.....hasta el precipicio.

Amanecerá y veremos.

(ver fuente)

lunes, 25 de abril de 2011

Fidel Castro, un géant du vingtième siècle - José Fort

Ce fils d’un aisé propriétaire terrien, né il y a quatre vingt trois ans (1) à Biran dans la province de Holguin a suivi des études chez les Jésuites, puis à l’université de La Havane d’où il sort diplômé en droit en 1950. Il milite dans des associations d’étudiants, tape dur lors d’affrontements musclés avec la police dans les rues de la capitale puis se présente aux élections parlementaires sous la casaque du Parti orthodoxe, une formation se voulant « incorruptible » et dont le chef, Chivas, se suicida en direct à la radio. Un compagnon de toujours de Fidel, Alfredo Guevara, fils d’immigrés andalous et inamovible patron du cinéma cubain, dira de lui : « Ou c’est un nouveau José Marti (le héros de l’indépendance), ou ce sera le pire des gangsters ».

Fidel Castro, c’est l’attaque de la caserne Moncada, le 26 juillet 1953, la prison, la rédaction de « l’Histoire m’acquittera » ; c’est l’exil au Mexique avec son frère, la préparation du débarquement à bord du « Granma » la rencontre avec un jeune médecin asthmatique venu d’Argentine, Ernesto Rafael Guevara de la Serna. Fidel Castro, c’est au début un adversaire acharné de la dictature, un adepte de la philosophie chère à Thomas Jefferson, principal auteur de la Déclaration d’indépendance des Etats-Unis. C’est la guérilla dans la Sierra Maestra et son apparition au grand jour dans les journaux nord-américains et européens. Tant que Fidel ne s’attaquera pas aux intérêts économiques US, il sera un interlocuteur des dirigeants étasuniens. Dès que la révolution commencera à exproprier des industries nord-américaines comme la United Fruit, il deviendra le diable à abattre.

Le premier attentat dans le port de La Havane, le 4 mars 1960, sonne le prélude à une longue liste d’actes terroristes : le cargo battant pavillon tricolore, La Coubre, qui avait chargé des munitions à Hambourg, Brème et Anvers explose dans le port de La Havane faisant plus de cent morts, dont six marins français. Ulcéré, De Gaulle donne l’ordre d’accélérer la livraison des locomotives commandées du temps de Batista. Elles font l’objet d’étranges tentatives de sabotage. Les dockers CGT du port du Havre surveilleront le matériel jusqu’au départ des navires.

Une opération de grande envergure se préparait du côté de Miami : le débarquement de la Baie des Cochons. En avril 1961, au lendemain de l’annonce par Fidel de l’orientation socialiste de la révolution, le gouvernement des Etats-Unis missionne la CIA pour encadrer 1400 exilés cubains et mercenaires latino-américains en espérant, en vain, un soulèvement populaire. Fidel en personne dirige la contre-attaque. La tentative d’invasion se solde par un fiasco. Les Etats-Unis signent là leur déclaration de guerre à la révolution cubaine. Pendant des dizaines d’années, ils utiliseront toute la panoplie terroriste pour tenter d’assassiner Fidel jusqu’à la combinaison de plongée sous-marine enduite de poison, faciliteront le débarquement de groupes armés, financeront et manipuleront les opposants, détruiront des usines, allant jusqu’à introduire la peste porcine et des virus s’attaquant au tabac et à la canne à sucre. Ils organiseront l’asphyxie économique de l’île en décrétant un embargo toujours en vigueur. « El Caballo » (le cheval) comme l’appelle parfois les gens du peuple, ce que Fidel n’apprécie pas, aura survécu à Kennedy, Johnson, Nixon, Reagan, Ford et assisté aux départs à la retraite de Carter, Clinton, Bush père et fils.

Tant d’années d’agressions, tant d’années de dénigrement et de coups tordus, tant d’années de résistance d’un petit pays de douze millions d’habitants face à la première puissance économique et militaire mondiale. Qui fait mieux ? Lorsqu’on évoque le manque de libertés à Cuba, ne faudrait-il pas d’abord se poser la question : un pays harcelé, étranglé, en guerre permanente, constitue-t-il le meilleur terreau pour favoriser l’épanouissement de la démocratie telle que nous la concevons en occident ? Lorsque dans les salons douillets parisiens, on juge, tranche, condamne, sait-on au juste de quoi on parle ?

La crise des fusées ? Lorsque l’URSS dirigée par Nikita Khrouchtchev décide en 1962 d’installer à Cuba des missiles afin, officiellement, de dissuader les Etats-Unis d’agresser l’île, Moscou répond à une demande de Raul Castro mandaté par Fidel. La direction soviétique fournit déjà à Cuba le pétrole que lui refuse son proche voisin. Elle met deux fers au feu : dissuader les Etats-Unis d’agresser Cuba, afficher un clair avertissement à Washington sur l’air de « nous sommes désormais à proximité de vos côtes ». La tension atteint un point tel qu’un grave conflit mondial est évité de justesse. Les missiles soviétiques retirés, Fidel regrettera que le représentant de l’URSS à l’ONU n’ait pas reconnu la réalité des faits. « Il fallait dire la vérité », disait-il. Il fut bien obligé de se plier à la décision finale de Moscou même si dans les rues de La Havane des manifestants scandaient à l’adresse de Khrouchtchev : « Nikita, ce qui se donne ne se reprend pas. »

Entre Moscou et La Havane, au-delà des rituels, les relations ont toujours été conflictuelles. Pas seulement, pure anecdote, parce que des « responsables » soviétiques ignorants faisaient livrer des chasse-neige à la place des tracteurs attendus. Les Soviétiques voyaient d’un mauvais œil le rôle croissant de Fidel dans le mouvement des non alignés, l’implication cubaine aux côtés des mouvements révolutionnaires latino-américains puis l’aide à l’Afrique. Ils ne supportaient pas la farouche volonté d’indépendance et de souveraineté de La Havane et ont été impliqués dans plusieurs tentatives dites « fractionnelles » reposant sur des prétendus « communiste purs et durs », en fait marionnettes de Moscou, pour tenter de déstabiliser Fidel. Une fois l’URSS disparue, les nouveaux dirigeants russes ont pratiqué avec le même cynisme abandonnant l’île, coupant du jour au lendemain les livraisons de pétrole et déchirant les contrats commerciaux. Quel autre pays aurait pu supporter la perte en quelques semaines de 85% de son commerce extérieur et de 80% de ses capacités d’achat ? L’Espagne, ancienne puissance coloniale, a laissé à Cuba un héritage culturel, les Etats-Unis son influence historique et ses détonants goûts culinaires comme le mélange de fromage et de confiture. Mais la Russie ? Rien, même pas le nom d’un plat ou d’un cocktail.

L’exportation de la révolution ? Fidel n’a jamais utilisé le mot « exportation ». Che Guevara, non plus. Ils préféraient évoquer la « solidarité » avec ceux qui se levaient contre les régimes dictatoriaux, créatures des gouvernements nord-américains. Doit-on reprocher ou remercier Fidel d’avoir accueilli les réfugiés fuyant les dictatures du Chili et d’Argentine, de Haïti et de Bolivie, d’avoir ouvert les écoles, les centres de santé aux enfants des parias de toute l’Amérique latine et, plus tard, aux enfants contaminés de Tchernobyl ? Doit-on lui reprocher ou le remercier d’avoir soutenu les insurrections armées au Nicaragua, au Salvador et d’avoir sauvé, face à l’indifférence des dirigeants soviétiques, l’Angola fraîchement indépendante encerclée par les mercenaires blancs sud-africains fuyant, effrayés, la puissance de feu et le courage des soldats cubains, noirs pour la plupart ? Dans la mémoire de millions d’hommes et des femmes d’Amérique latine et du Tiers monde, Fidel et le Che sont et resteront des héros des temps modernes.

Les libertés ? Fidel, un tyran sanguinaire ? Il y eut d’abord l’expulsion des curés espagnols qui priaient le dimanche à la gloire de Franco. Complice de Batista, l’église catholique était et demeure la plus faible d’Amérique latine alors que la « santeria », survivance des croyances, des divinités des esclaves africains sur lesquels est venue se greffer la religion catholique, rassemble un grand nombre de noirs cubains. Les relations avec l’Eglise catholique furent complexes durant ces longues années jusqu’au séjour de Jean Paul II en 1998 annoncée trop rapidement comme l’extrême onction de la révolution. Ce n’est pas à Cuba que des évêques et des prêtres ont été assassinés, mais au Brésil, en Argentine, au Salvador, au Guatemala et au Mexique.

Il y eut la fuite de la grande bourgeoisie, des officiers, des policiers qui formèrent, dès la première heure, l’ossature de la contre révolution encadrée et financée par la CIA. Il y eut ensuite les départs d’hommes et des femmes ne supportant pas les restrictions matérielles. Il y eut l’insupportable marginalisation des homosexuels. Il y eut les milliers de balseros qui croyaient pouvoir trouver à Miami la terre de toutes les illusions. Il y eut la froide exécution du général Ochoa étrangement tombé dans le trafic de drogue. Il y eut aussi ceux qui refusaient la pensée unique, la censure édictée par la Révolution comme « un acte de guerre en période de guerre », les contrôles irritants, la surveillance policière. Qu’il est dur de vivre le rationnement et les excès dits « révolutionnaires ». Excès ? Je l’ai vécu, lorsque correspondant de « l’Humanité » à La Havane, l’écrivain Lisandro Otero, alors chef de la section chargée de la presse internationale au Ministère des Affaires étrangères, monta une cabale de pur jus stalinien pour tenter de me faire expulser du pays.

Ceux qui osent émettre une version différente d’un « goulag tropical » seraient soit des « agents à la solde de La Havane », soit victimes de cécité. Que la révolution ait commis des erreurs, des stupidités, des crimes parfois n’est pas contestable. Mais comment, dans une situation de tension extrême, écarter les dérives autoritaires ? Une chose est certaine. Fidel n’est pas un dictateur, encore moins un tyran.

A Cuba, la torture n’a jamais été utilisée, comme le reconnaît Amnesty international. On tranchait les mains des poètes à Santiago du Chili, pas à la Havane. Les prisonniers étaient largués en mer depuis des hélicoptères en Argentine, pas à Cuba. Il n’y a jamais eu des dizaines de milliers de détenus politiques dans l’île mais un nombre trop important qui ont dû subir pour certains des violences inadmissibles. Mais n’est-ce pas curieux que tous les prisonniers sortant des geôles cubaines aient été libérés dans une bonne condition physique ?

Voici un pays du Tiers monde où l’espérance de vie s’élève à 76 ans, où tous les enfants sont scolarisés et soignés gratuitement. Un petit pays par la taille capable de produire des universitaires de talent, des médecins et des chercheurs parmi les meilleurs au monde, des sportifs raflant les médailles d’or, des artistes, des créateurs. Où, dans cette région du monde, peut-on présenter un tel bilan ?

Fidel a tout vécu. La prison, la guérilla, l’enthousiasme révolutionnaire du début, la défense contre les agressions, l’aide internationaliste, l’abandon de l’URSS, une situation économique catastrophique lors de la « période spéciale », les effets de la globalisation favorisant l’explosion du système D. Il aura vécu l’adaptation économique avec un tourisme de masse entraînant la dollarisation des esprits parmi la population au contact direct des visages pâles à la recherche de soleil, de mojito, de filles où de garçons. Comment ne pas comprendre les plus jeunes, alléchés par le billet vert et regardant avec envie les visiteurs venus de l’étranger ? Il aura, enfin, très mal accepté le retour de la prostitution même si dans n’importe quelle bourgade latino-américaine on trouve plus de prostituées que dans la 5 eme avenue de La Havane. Alors, demain quoi ?

La révolution va-t-elle s’éteindre ? Il ne se passera pas à Cuba ce qui s’est produit en Europe de l’Est. Pour une raison simple : la soif d’indépendance et de souveraineté n’est pas tarie. Les adversaires de la révolution cubaine devraient se méfier et ne pas prendre leurs désirs pour la réalité. Il y a dans cette île des millions d’hommes et de femmes – y compris de l’opposition – prêts à prendre les armes et à en découdre pour défendre la patrie. Fidel avait prévenu en déclarant : « Nous ne commettrons pas l’erreur de ne pas armer le peuple. » Le souvenir de la colonisation, malgré le fil du temps, reste dans tous les esprits, les progrès sociaux enregistrés, au-delà des difficultés de la vie quotidienne, constituent désormais des acquis. Il y a plus. La révolution a accouché d’une nouvelle génération d’hommes et de femmes refusant le retour au passé, des cadres « moyens » de trente à quarante ans très performants en province, des jeunes dirigeants nationaux aux talents confirmés. Une nouvelle époque va s’ouvrir et elle disposera d’atouts que Fidel n’avait pas. L’Amérique latine, ancienne arrière cour des Etats-Unis, choisit des chemins progressistes de développement, l’intégration régionale est en marche, les échanges économiques permettent le transfert du savoir faire contre des matières stratégiques, comme le pétrole avec le Venezuela notamment, le prestige de la révolution cubaine demeure intacte auprès des peuples latino-américains. Cuba, enfin, peut respirer.

Il n’y aura pas de rupture à Cuba. Il y aura évolution. Obligatoire. Pour qu’elle s’effectue dans les meilleures conditions, il faudra que les vieux commandants de la Révolution rangent leurs treillis vert olive, prennent leur retraite et passent la main. Les atlantes du futur, de plus en plus métissés, sont prêts. Ne sont-ils pas les enfants de Fidel ?

Note :

(1) Article paru en juillet 2009. Fidel Castro va maintenant sur ses 85 ans. (Ndlr)

Reflexones de Fidel - El Norte revuelto y brutal

Estaba leyendo materiales y libros en abundancia para cumplir mi promesa de continuar la Reflexión del 14 de abril sobre la Batalla de Girón, cuando eché una ojeada a las noticias frescas de ayer, que son abundantes como todos los días. Se pueden acumular montañas en cualquier semana, que van desde el terremoto en Japón, al triunfo de Ollanta Humala sobre Keiko, hija de Alberto Fujimori, expresidente de Perú.

Perú es gran exportador de plata, cobre, zinc, estaño y otros minerales; posee grandes yacimientos de uranio que poderosas transnacionales aspiran a explotar. Del uranio enriquecido salen las más terribles armas que conoció la humanidad, y el combustible de las centrales electronucleares que, pese a las advertencias de los ecologistas, se estaban construyendo a ritmo acelerado en Estados Unidos, Europa y Japón.

No sería justo, desde luego, culpar a Perú de esto. Los peruanos no crearon el colonialismo, el capitalismo y el imperialismo. Tampoco se puede culpar al pueblo de Estados Unidos, que es también víctima del sistema que ha engendrado allí a los políticos más atolondrados que ha conocido el planeta.

El pasado 8 de abril los amos del mundo dieron a la luz su acostumbrado informe anual sobre las violaciones de los "derechos humanos", que motivó un agudo análisis en el sitio web Rebelión, suscrito por el cubano Manuel E. Yepe, basado en la respuesta del Consejo de Estado de China, enumerando hechos que demuestran la desastrosa situación de tales derechos en Estados Unidos.

"¼ Estados Unidos es el país donde más se agreden los derechos humanos, tanto en su propio país como en todo el mundo, y es una de las naciones que menos garantiza la vida, la propiedad y la seguridad personal de sus habitantes.

"Cada año, una de cada 5 personas es víctima de un crimen, la tasa más alta del planeta. Según cifras oficiales, las personas mayores de 12 años sufrieron 4,3 millones de actos violentos.

"La delincuencia creció alarmantemente en las cuatro mayores ciudades del país (Filadelfia, Chicago, Los Ángeles y Nueva York) y se registraron notables incrementos respecto al año previo en otras grandes urbes (San Luis y Detroit).

"El Tribunal Supremo dictaminó que la posesión de armas para la defensa personal es un derecho constitucional que no puede ser ignorado por los gobiernos estaduales. Noventa de los 300 millones de habitantes del país poseen 200 millones de armas de fuego.

"En el país se registraron 12.000 homicidios causados por armas de fuego, mientras que el 47 por ciento de los robos se cometieron igualmente con uso de armas de fuego.

"A la sombra de la sección de ‘actividades terroristas’ del Acta Patriótica, la tortura y la extrema violencia para obtener confesiones de sospechosos son prácticas comunes. Las condenas injustas se evidencian en las 266 personas, 17 de ellas ya en el corredor de la muerte, que han sido absueltas gracias a pruebas de ADN.

"Washington aboga por la libertad en Internet para hacer de la red de redes una importante herramienta diplomática de presión y hegemonía, pero impone estrictas restricciones en el ciberespacio en su propio territorio y trata de establecer un cerco legal para lidiar con el desafío que representa Wikileaks y sus filtraciones.

"Con una alta tasa del desempleo, la proporción de ciudadanos estadounidenses que vive en la pobreza alcanzó un nivel récord. Uno de cada ocho ciudadanos que participó el pasado año en los programas de cupones para alimentos.

"El número de familias acogidas en centros para desamparados aumentó un 7 por ciento y las familias tuvieron que permanecer más tiempo en los centros de acogida. Los delitos violentos contra estas familias sin techo aumentan sin cesar.

"La discriminación racial permea cada aspecto de la vida social. Los grupos minoritarios son discriminados en sus empleos, tratados de manera indigna y no son tenidos en cuenta para ascensos, beneficios o procesos de selección laboral. Un tercio de los negros sufrió discriminación en sus lugares de trabajo aunque sólo el 16 % se atrevió a elevar queja.

"La tasa de desempleo entre los blancos es de un 16,2 %, entre hispanos y asiáticos del 22 %, y entre los negros es del 33 %. Los afroamericanos y los latinos representan el 41 por ciento de la población carcelaria. La tasa de afroamericanos cumpliendo cadena perpetua es 11 veces más alta que la de blancos.

"El 90 por ciento de las mujeres ha sufrido discriminación sexual de algún tipo en su lugar de trabajo. Veinte millones de mujeres son víctimas de violación, casi 60.000 presas han sufrido agresión sexual o violencia. Una quinta parte de las estudiantes universitarias son agredidas sexualmente y el 60 por ciento de las violaciones en campus universitarios ocurre en los dormitorios femeninos.

"Nueve de cada diez estudiantes homosexuales, bisexuales o transexuales sufren acoso en el centro escolar.

"El Informe dedica un capítulo a recordar las violaciones de los derechos humanos de que es responsable el gobierno de Estados Unidos fuera de sus fronteras. Las guerras de Irak y Afganistán, dirigidas por EE.UU., han causado cifras exorbitantes de víctimas entre la población civil de estos países.

"Las acciones ‘antiterroristas’ de EE.UU. han incluido graves escándalos de abuso a prisioneros, detenciones indefinidas sin cargos o juicios en centros de detención como el de Guantánamo y otros lugares del mundo, creados para interrogar a los denominados ‘presos de gran valor elevado’ donde se aplican las peores torturas.

"También recuerda el documento chino que EE.UU. ha violado el derecho a existir y desarrollarse a la población cubana sin acatar la voluntad mundial expresada por la Asamblea General de la ONU durante 19 años consecutivos sobre ‘La necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba’.

"EE.UU. no ha ratificado convenciones internacionales sobre los derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de la Discriminación contra la Mujer; la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Convención sobre los Derechos del Niño.

"Los datos que aporta el recuento presentado por el gobierno chino demuestran que el funesto historial de EE.UU. en este terreno lo descalifican como ‘juez de los derechos humanos en el mundo’. Su ‘diplomacia de los derechos humanos’ es pura hipocresía de doble rasero al servicio de sus intereses imperiales estratégicos. El gobierno chino aconseja al gobierno de EE.UU. que tome medidas concretas para mejorar su propia situación en derechos humanos, que examine y rectifique sus actividades en ese terreno y detenga sus actos hegemónicos consistentes en utilizar los derechos humanos para interferir en los asuntos internos de otros países".

Lo importante de este análisis, a nuestro juicio, es que se haga tal denuncia en un documento suscrito por el Estado chino, un país de 1 341 millones de ciudadanos, que posee 2 millones de millones de dólares en sus reservas monetarias, sin cuya cooperación comercial el imperio se hunde. Me parecía importante que nuestro pueblo conociera los datos precisos contenidos en el documento del Consejo de Estado chino.

Si Cuba lo dijera, carecería de importancia; llevamos más de 50 años denunciando a esos hipócritas.

Martí había dicho hace 116 años, en 1895: "¼ el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los desprecia¼ ".

"Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas".

Fidel Castro Ruz
Abril 23 de 2011
7 y 32 p.m.

Reflexiones de Fidel - Mi ausencia en el C.C.

Conocía el informe del compañero Raúl al Sexto Congreso del Partido.

Me lo había mostrado varios días antes por su propia iniciativa, como hizo con muchos otros asuntos sin que yo lo solicitara, porque había delegado, como ya expliqué, todos mis cargos en el Partido y el Estado en la Proclama del 31 de julio de 2006.

Fidel lee la lista de los candidatos a miembro del Comité Central.

Hacerlo era un deber que no vacilé un instante en cumplir.

Sabía que mi estado de salud era grave, pero estaba tranquilo: la Revolución seguiría adelante; no era su momento más difícil después que la URSS y el Campo Socialista habían desaparecido. Bush estaba en el trono desde el 2001 y tenía designado un gobierno para Cuba; pero una vez más, mercenarios y burgueses se quedaron con las maletas y baúles en su dorado exilio.

Los yankis, además de Cuba, tenían ahora otra Revolución en Venezuela. La estrecha cooperación entre ambos países pasará también a la historia de América como ejemplo del enorme potencial revolucionario de los pueblos con un mismo origen y una misma historia.

Entre los muchos puntos abordados en el proyecto de Informe al Sexto Congreso del Partido, uno de los que más me interesó fue el que se relaciona con el poder. Textualmente expresa: "¼ hemos arribado a la conclusión de que resulta recomendable limitar, a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales. Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución, aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones."

Me agradó la idea; era un tema sobre el que yo había meditado mucho. Acostumbrado desde los primeros años de la Revolución a leer todos los días los despachos de las agencias de noticias, conocía el desarrollo de los acontecimientos en nuestro mundo, aciertos y errores de los Partidos y los hombres. Abundan los ejemplos en los últimos 50 años.

No los citaré para no extenderme ni herir susceptibilidades. Albergo la convicción de que el destino del mundo podía ser en este momento muy distinto sin los errores cometidos por líderes revolucionarios que brillaron por su talento y sus méritos. Tampoco me hago la ilusión de que en el futuro la tarea será más fácil, sino al revés.

Digo simplemente lo que a mi juicio considero un deber elemental de los revolucionarios cubanos. Mientras más pequeño sea un país y más difíciles las circunstancias, más obligado está a evitar errores.

Debo confesar que no me preocupé realmente nunca por el tiempo que estaría ejerciendo el papel de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y Primer Secretario del Partido. Era además, desde que desembarcamos, Comandante en Jefe de la pequeña tropa que tanto creció más tarde. Desde la Sierra Maestra había renunciado a ejercer la presidencia provisional del país después de la victoria que desde temprano avizoré para nuestras fuerzas, bastante modestas todavía en 1957; lo hice porque ya las ambiciones con relación a ese cargo estaban obstruyendo la lucha.

Fui casi obligado a ocupar el cargo de Primer Ministro en los meses iniciales de 1959.

Raúl conocía que yo no aceptaría en la actualidad cargo alguno en el Partido; él había sido siempre quien me calificaba de Primer Secretario y Comandante en Jefe, funciones que, como se conoce, delegué en la Proclama señalada cuando enfermé gravemente. Nunca intenté ni podía físicamente ejercerlas, aun cuando había recuperado considerablemente la capacidad de analizar y escribir.

Sin embargo, él nunca dejó de transmitirme las ideas que proyectaba.

Surge otro problema: la Comisión Organizadora estaba discutiendo el número total de miembros del Comité Central que debían proponer al Congreso. Con muy buen criterio, ésta apoyaba la idea sostenida por Raúl de que en el seno del Comité Central se incrementara la presencia del sector femenino y la de los descendientes de esclavos procedentes de África. Ambos eran los más pobres y explotados por el capitalismo en nuestro país.

A su vez, había algunos compañeros que, ya por sus años o su salud, no podrían prestar muchos servicios al Partido, pero Raúl pensaba que sería muy duro para ellos excluirlos de la lista de candidatos. No vacilé en sugerirle que no se excluyera a esos compañeros de tal honor, y añadí que lo más importante era que yo no apareciera en esa lista.

Pienso que he recibido demasiados honores. Nunca pensé vivir tantos años; el enemigo hizo todo lo posible por impedirlo; incalculable número de veces intentó eliminarme, y yo muchas veces "colaboré" con ellos.

A tal ritmo avanzó el Congreso que no tuve tiempo de transmitir una palabra sobre el asunto antes de que recibiera las boletas.

Alrededor del mediodía Raúl me envió con su ayudante una boleta, y pude ejercer así mi derecho al voto como delegado al Congreso, honor que los militantes del Partido en Santiago de Cuba me otorgaron sin que yo supiera una palabra. No lo hice mecánicamente. Leí las biografías de los nuevos miembros propuestos. Son personas excelentes, varias de las cuales había conocido en el lanzamiento de un libro sobre nuestra guerra revolucionaria, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, en los contactos con los Comités de Defensa de la Revolución, las reuniones con los científicos, con los intelectuales y en otras actividades. Voté y hasta pedí fotos del momento en que ejercía ese derecho.

Recordé también que me falta bastante todavía de la historia sobre la Batalla de Girón. Trabajo en ella y estoy comprometido a entregarla pronto; tengo en mente además escribir sobre otro importante acontecimiento que vino después.

¡Todo antes de que el mundo se acabe!

¿Qué les parece?

Fidel Castro Ruz
Abril 18 de 2011
4 y 55 p.m.

Reflexiones de Fidel - Los Debates del Congreso

Escuché hoy domingo a las 10 de la mañana los debates de los delegados al Sexto Congreso del Partido.

Eran tantas las comisiones que, como es lógico, no pude escuchar a todos los que hablaron.

Se habían reunido en cinco comisiones para discutir numerosos temas. Desde luego que yo también aprovechaba los recesos para respirar con calma y consumir algún portador energético de procedencia agrícola. Ellos seguramente con más apetito por su trabajo y su edad.

Me asombraba la preparación de esta nueva generación, con tan elevado nivel cultural, tan diferente a la que se alfabetizaba precisamente en 1961, cuando los aviones yankis de bombardeo, en manos mercenarias, atacaban la Patria. La mayor parte de los delegados al Congreso del Partido eran niños, o no habían nacido.

No me importaba tanto lo que decían, como la forma en que lo decían. Estaban tan preparados y era tan rico su vocabulario, que yo casi no los entendía. Discutían cada palabra, y hasta la presencia o la ausencia de una coma en el párrafo discutido.

Su tarea es todavía más difícil que la asumida por nuestra generación cuando se proclamó el socialismo en Cuba, a 90 millas de Estados Unidos.

Por ello, persistir en los principios revolucionarios es, a mi juicio, el principal legado que podemos dejarle. No hay margen para el error en este instante de la historia humana. Nadie debe desconocer esa realidad.

La dirección del Partido debe ser la suma de los mejores talentos políticos de nuestro pueblo, capaz de enfrentarse a la política del imperio que pone en peligro a la especie humana y genera gansters como los de la OTAN, capaces de lanzar en solo 29 días, desde el inglorioso "Amanecer de la Odisea", más de 4 mil misiones de bombardeo sobre una nación de África.

Es deber de la nueva generación de hombres y mujeres revolucionarios ser modelo de dirigentes modestos, estudiosos e incansables luchadores por el socialismo. Sin duda constituye un difícil desafío en la época bárbara de las sociedades de consumo, superar el sistema de producción capitalista, que fomenta y promueve los instintos egoístas del ser humano.

La nueva generación está llamada a rectificar y cambiar sin vacilación todo lo que debe ser rectificado y cambiado, y seguir demostrando que el socialismo es también el arte de realizar lo imposible: construir y llevar a cabo la Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, y defenderla durante medio siglo de la más poderosa potencia que jamás existió.

Fidel Castro Ruz
Abril 17 de 2011
8 y 33 p.m.

Reflexiones de Fidel - El desfile del 50 Aniversario

Tuve hoy el privilegio de apreciar el impresionante desfile con que nuestro pueblo conmemoró el 50 Aniversario de la proclamación del carácter Socialista de la Revolución y la victoria de Playa Girón.

También se inició este día el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Disfruté mucho la narración pormenorizada y la música, gestos, rostros, inteligencia, marcialidad y combatividad de nuestro pueblo; a Mabelita en la silla de ruedas con el rostro feliz y a los niños y adolescentes de "La Colmenita" multiplicados varias veces.

Vale la pena haber vivido para el espectáculo de hoy, y vale la pena recordar siempre a los que murieron para hacerlo posible.

Al iniciarse esta tarde el Sexto Congreso pude apreciar, en las palabras de Raúl y en el rostro de los delegados al máximo evento de nuestro Partido, el mismo sentimiento de orgullo.

Podía estar en la Plaza, tal vez una hora bajo el sol y el calor reinante, pero no tres horas. Atraído por el calor humano allí presente, me habría creado un dilema.

Créanme que sentí dolor cuando vi que algunos de ustedes me buscaban en la tribuna. Pensaba que todos comprenderían que no puedo ya hacer lo que tantas veces hice.

Les prometí ser un soldado de las ideas, y ese deber puedo cumplirlo todavía.

Fidel Castro Ruz
Abril 16 de 2011
7 y 14 p.m.

Comprender la guerra de Libia - Michel Collon (*)

Veintisiete veces ha bombardeado EE.UU. algún país desde 1945. Y cada vez se nos ha afirmado que estos actos de guerra eran “justos” y “humanitarios”. Hoy se nos dice que esta guerra es distinta a las precedentes. Lo mismo que se dijo de la anterior. Y de la anterior. Y de cada vez. ¿No es hora ya de poner negro sobre blanco las preguntas que hay que plantearse en cada guerra para no dejarse manipular?

I. Preguntas que hay que plantearse en cada guerra

Para la guerra ¿hay siempre dinero?

En el país más poderosos del globo, 45 millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza. En EE UU, escuelas y servicios públicos se caen porque el Estado “no tiene dinero”. Así también en Europa, “no hay dinero” para las pensiones o para la promoción del empleo.

Pero cuando la avaricia de los banqueros provoca la crisis financiera, entonces, en cuestión de días, aparecen miles de millones para salvarlos. Esto ha permitido a los banqueros de EE UU repartir el año pasado 140 mil millones de dólares de beneficios y bonos a sus accionistas y especuladores.

También para la guerra parece fácil encontrar miles de millones. Ahora bien, son nuestros impuestos los que pagan estas armas y estas destrucciones. ¿Es razonable convertir en humo cientos de miles de euros en cada misil o despilfarrar cincuenta mil euros por hora de un portaviones? ¿O es porque la guerra es un buen negocio para algunos?

Al mismo tiempo un niño se muere de hambre cada cinco segundos y el número de pobres no cesa de aumentar en nuestro planeta a pesar de tantas promesas.

¿Qué diferencia hay entre un libio, un bahreiní y un palestino?

Presidentes, ministros, generales, todos juran solemnemente que su objetivo es únicamente salvar a los libios. Pero al mismo tiempo, ¡el sultán de Bahréin aplasta a los manifestantes desarmados gracias a los dos mil soldados saudíes enviados por EE UU! Al mismo tiempo, en Yemen, las tropas del dictador Saleh, aliado de EE UU, matan a 52 manifestantes con sus metralletas. Estos hechos nadie los pone en duda, pero el ministro de EE UU para la guerra, Robert Gates, acaba de declarar: “No creo que sea mi papel intervenir en los asuntos internos de Yemen”. (1)

¿Por qué estas dos varas de medir? ¿Por qué Saleh acoge dócilmente la 5ª Flota USA y dice sí a todo lo que le ordena Washington? ¿Porque el régimen bárbaro de Arabia saudita es cómplice de las multinacionales petroleras? ¿Habrá “buenos dictadores” y “malos dictadores”? ¿Cómo EE UU y Francia pueden pretenderse “humanitarios”? Cuando Israel mató a dos mil civiles en los bombardeos sobre Gaza ¿declararon una zona de exclusión aérea? No. ¿Decretaron alguna sanción? Ninguna. Aun peor, Solana, entonces responsable de Asuntos exteriores de la UE declaró en Jerusalén: “Israel es un miembro de la UE sin ser miembro de sus instituciones. Israel es parte activa en todos los programas” de investigación y de tecnología de la Europa de los 27. Añadiendo aun: “Ningún país fuera del continente tiene el mismo tipo de relaciones que Israel con la Unión Europea”. En este punto, Solana tiene razón: Europa y sus fabricantes de armas colaboran estrechamente con Israel en la fabricación de drones, misiles y otros armamentos que siembra la muerte en Gaza.

Recordemos que Israel que expulsó a 700 mil palestinos de sus aldeas en 1948, se niega a devolverles sus derechos y continúa cometiendo innumerables crímenes de guerra. Bajo esta ocupación, 20% de la población palestina actual está o ha pasado por las cáceles israelíes. Mujeres encinta han sido obligadas a dar a luz atadas a la cama y reenviadas inmediatamente a sus celdas con sus bebés. Esos crímenes se comenten con la complicidad de EE UU y la UE.

¿La vida de un palestino o de un bahreiní vale menos que le dé un libio? ¿Hay árabes “buenos” y árabes “malos”?

Para los que aún creen en la guerra humanitaria…

En un debate televisado que tuve con Louis Michel, antiguo ministro belga de Asuntos exteriores y comisario europeo para la Cooperación al desarrollo, éste me juró, con la mano en el pecho, que esta guerra pretendía “poner de acuerdo las conciencias de Europa”. Estaba apoyado por Isabelle Durant, dirigente de los Verdes belgas y europeos. ¡Así es como los ecologistas “peace and love” mutaron en belicistas!

El problema es que cada vez nos hablan de guerra humanitaria y que gente de izquierdas como Durant se dejan atrapar cada vez. ¿No harían mejor en leer lo que piensan los verdaderos dirigentes de EE UU en vez de mirar y escuchar la tele? Oigan, por ejemplo, a propósito de los bombardeos contra Iraq, al célebre Alan Greenspan, durante mucho tiempo director de la Reserva federal de EE UU. Escribe en sus memorias: “Me siento triste cuando veo que es políticamente incorrecto reconocer lo que todo el mundo sabe: la guerra en Iraq fue exclusivamente por el petróleo”. (2) Y añade: “Los oficiales de la Casa Blanca me respondieron: ’pues efectivamente, por desgracia no podemos hablar de petróleo’”. (3)

Escuchen, a propósito de los bombardeos sobre Yugoslavia, a John Norris, director de comunicaciones de Strobe Talbot que por entonces era viceministro de EE UU de Asuntos exteriores encargado para los Balcanes. Norris escribe en sus memorias: “Lo que mejor explica la guerra de la OTAN es que Yugoslavia se resistía a las grandes tendencias de reformas políticas y económicas (quiere decir: se negaba a abandonar el socialismo), y ese no era nuestro compromiso para con los albaneses de Kosovo”. (4)

Escuchen, a propósito de los bombardeos contra Afganistán, lo que decía el antiguo ministro de Asuntos exteriores, Henri Kissinger: “Hay tendencias, sostenidas por China y por Japón, para crear una zona de libre cambio en Asia. Un bloque asiático hostil, que combine a las naciones más pobladas del mundo con grandes recursos y algunos de los países industriales más importantes, sería incompatible con el interés nacional americano. Por estas razones América debe mantener su presencia en Asia…”. (5)

Lo que venía a confirmar la estrategia avanzada por Zbigniew Brzezinski, que fue responsable de la política exterior con Carter y es el inspirador de Obama: “Eurasia (Europa+Asia) es el tablero sobre el que se desarrolla el combate por la primacía global. (…) La manera como EE UU ‘maneja’ Eurasia es de una importancia crucial. El mayor continente de la superficie del globo es también su eje geopolítico. La potencia que lo controle, controlará de hecho dos de las tres grandes regiones más desarrolladas y más productivas: el 75% de la población mundial, la mayor parte de las riquezas físicas, bajo forma de empresas o de yacimientos de materias primas, un 60% del total mundial”. (6)

¿Nada se ha aprendido en las izquierdas de las falsimedias humanitarias de las guerras precedentes? Cuando Obama mismo lo dice ¿tampoco le creéis? Este mismo 28 de marzo Obama justificaba así la guerra de Libia: “Conscientes de los riesgos y de los gastos de la actividad militar, somos naturalmente reticentes a emplear la fuerza para resolver los numerosos desafíos del mundo. Pero cuando nuestros intereses y valores están en juego, tenemos la responsabilidad de actuar. Vistos los costes y riesgos de la intervención, tenemos que calcular cada vez nuestros intereses ante la necesidad de una acción. América tiene un gran interés estratégico en impedir que Gadafi derrote a los que se le oponen”. ¿No está claro? Entonces algunos van y dicen: “Sí, es verdad, EE UU no reacciona si no ve en ello su interés. Pero al menos, ya que no puede intervenir en todos los sitios, habrá salvado a aquella gente”. Falso. Vamos a demostrar que son únicamente sus intereses los que busca defender. No los valores. En primer lugar, cada guerra de EE UU produce más víctimas que las que había antes (un millón en Iraq, directas o indirectas). La intervención en Libia, se prepara para producir más…

¿Quién se niega a negociar?

Desde el momento en que os planteáis una duda sobre la oportunidad de esta guerra contra Libia, inmediatamente se os culpabiliza: “¿entonces rechazáis salvar a los libios de la masacre?” Asunto mal planteado. Supongamos que todo lo que se nos ha contado fuera verdad. En primer lugar ¿se puede parar una masacre con otra masacre? Ya sabemos que nuestros ejércitos al bombardear van a matar a muchos civiles inocentes. Incluso si, como a cada guerra, los generales nos prometen que va a ser “limpia”; ya estamos acostumbrados a esa propaganda.

En segundo lugar, hay un medio mucho más sencillo y eficaz de salvar vidas rápidamente. Todos los países de América latina propusieron enviar inmediatamente una mediación presidida por Lula. La Liga árabe y la Unión africana apoyaban esta gestión y Gadafi la había aceptado (proponiendo él también que se enviasen observadores internacionales para verificar el alto el fuego). Pero los insurgentes libios y los occidentales rechazaron esta mediación. ¿Por qué? “Porque Gadafi no es de fiar”, dicen. Es posible. ¿Y los insurgentes y sus protectores occidentales son siempre de fiar? A propósito de EE UU, conviene recordar cómo se comportaron en todas la guerras anteriores cada vez que un alto el fuego era posible. En 1991, cuando Bush padre atacó Iraq porque éste había invadido Kuwait, Saddam Hussein propuso retirarse y que Israel se retirase también de los territorios ilegalmente ocupados en Palestina. Pero EE UU y los países europeos rechazaron seis propuestas de negociación. (7)

En 1999, cuando Clinton bombardeó Yugoslavia, Milosevic había aceptado las condiciones impuestas en Rambouillet, pero EE UU y la OTAN añadieron una, intencionadamente inaceptable: la ocupación total de Serbia. (8)

En 2001, cuando Bush hijo atacó Afganistán, los talibanes habían propuesto la entrega de Ben Laden a un tribunal internacional si se aportaban pruebas de su implicación, pero Bush rechazó la negociación.

En 2003, cuando Bush hijo atacó Iraq con el pretexto de las armas de destrucción masiva, Saddam Hussein propuso el envío de inspectores, pero Bush lo rechazó porque él sabía que los inspectores no iban a encontrar nada. Esto está confirmado con la divulgación de un memorándum de una reunión entre el gobierno británico y los dirigentes de los servicios secretos británicos en julio de 2002: “los dirigentes británicos esperaban que el ultimátum fuese redactado en términos inaceptables de modo que Saddam Hussein lo rechazase directamente. Pero no estaban seguros de que eso funcionara. Entonces tenían un plan B: que los aviones que patrullaban la ‘zona de exclusión aérea’ lanzaran muchísimas más bombas a la espera de una reacción que diera la excusa para una amplia campaña de bombardeos”, (9) Entonces, antes de afirmar que “nosotros” decimos siempre la verdad y que “ellos” siempre mienten, así como que “nosotros” buscamos siempre una solución pacífica y “ellos” no quieren comprometerse, habría que ser más prudentes… Pronto o tarde, la gente sabrá lo que pasó cuando las negociaciones entre bastidores, y constatará una vez más que ha sido manipulada. Pero será muy tarde y a los muertos ya no los resucitaremos.

¿Libia es igual que Túnez o Egipto?

En su excelente entrevista publicada hace unos días por Investi’Action, Mohamed Hassan, planteaba la verdadera cuestión: “Libia ¿revuelta popular, guerra civil o agresión militar?” A la luz de recientes investigaciones es posible responder: las tres cosas. Una revuelta espontánea rápidamente recuperada y transformada en guerra civil (que ya estaba preparada), todo sirviendo de pretexto a una agresión militar. La cual, también, estaba preparada. Nada en política cae del cielo. Me explico…

En Túnez y en Egipto la revuelta popular creció progresivamente en unas semanas, organizándose poco a poco y unificándose en reivindicaciones claras, lo que permitió echar a los tiranos. Pero cuando analizamos el encadenamiento ultrarrápido de los acontecimientos en Benghazi, uno queda intrigado. El 15 de febrero hubo manifestaciones de parientes de presos políticos de la revuelta de 2006. Manifestación duramente reprimida como ha sido siempre en Libia y en los demás países árabes. Apenas dos día después, otra manifestación, esta vez los manifestantes salen armados y pasan directamente a una escalada contra el régimen de Gadafi. En dos días, nada menos, una revuelta popular se convierte en guerra civil. Totalmente espontánea?

Para saberlo hay que examinar lo que se oculta bajo el impreciso vocablo «oposición libia”. En mi opinión, cuatro componentes con intereses muy diferentes: 1º Una oposición democrática. 2º Dirigentes de Gadafi “regresados” del Oeste. 3º Clanes libios descontentos del reparto de las riquezas. 4º Combatientes de tendencia islamista.

¿Quiénes componen esta «oposición libia»?

En toda esta maraña es importante saber de qué estamos hablando. Y sobre todo, qué facción es la aceptada por las grandes potencias…

1º Oposición democrática. Es legítimo tener reivindicaciones ante el régimen de Gadafi, tan dictatorial y corrompido como los otros regímenes árabes. Un pueblo tiene el derecho de querer sustituir un régimen autoritario por un sistema más democrático. Sin embargo, estas reivindicaciones están hasta hoy poco organizadas y sin programa concreto. Tenemos también, en el extranjero, movimientos revolucionarios libios, igualmente dispersos, pero todos opuestos a la injerencia extranjera. Por diversas razones que exponemos más adelante, no son estos elementos democráticos los que tienen mucho que decir hoy bajo la bandera de EE UU ni de la de Francia.

2º Dignatarios “regresados”. En Bengazhi, un “gobierno provisional” ha sido instaurado y está dirigido por Mustafá Abud Jalil. Este hombre era, hasta el 21 de febrero, ministro de Justicia de Gadafi. Dos meses antes, Amnistía lo había puesto en la lista de los más espantosos responsables de violaciones de derechos humanos de África del Norte. Es este individuo el que, según las autoridades búlgaras, había organizado las torturas de enfermeras búlgaras y del médico palestino detenidos durante largo tiempo por el régimen. Otro “hombre fuerte” de esta oposición es el general Abdul Faah Yunis, ex ministro del Interior de Gadafi y antes jefe de la policía política. Se comprende que Massimo Introvigne, representante de la OSCE (Organización para la seguridad y la cooperación en Europa) para la lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación, estime que estos personajes “no son los ‘sinceros demócratas’ de los discursos de Obama, sino de los peores instrumentos del régimen de Gadafi, que aspiran a echar al coronel para tomar su sitio”

3º Clanes descontentos. Como subrayaba Mohamed Hassan, la estructura de Libia continúa siendo tribal. Durante el periodo colonial, bajo el régimen del rey Idriss, los clanes del Este dominaban y se aprovechaban de las riquezas petroleras. Después de la revolución de 1969, Gadafi se apoyó en las tribus del Oeste y el Este se vio desfavorecido. Es lamentable; un poder democrático y justo debe velar por eliminar las discriminaciones entre las regiones. Se puede uno preguntar si las antiguas potencias coloniales no azuzaron a las tribus rebeldes para zapar la unidad del país. No sería la primera vez. Hoy, Francia y EE UU apuestan por los clanes del Este para tomar el control del país. Dividir para reinar, un viejo dicho clásico del colonialismo.

4° Elementos de Al-Qaeda. Cables difundidos por Wikileaks advierten que el Este de Libia era, proporcionalmente, el primer exportador en el mundo de “combatientes – mártires” a Iraq. Informes del Pentágono describen un escenario “alarmante” sobre los rebeldes libios de Bengazhi y Derna. Derna, una ciudad de apenas 80 000 habitantes, sería la fuente principal de yihaidistas en Iraq. Asimismo, Vincent Cannistrar, antiguo jefe de la CIA en Libia, señala entre los rebeldes muchos “extremistas islámicos capaces de crear problemas” y que “las posibilidades [son] muy altas de que los individuos más peligrosos puedan tener una influencia en el caso en que Gadafi caiga”.

Evidentemente todo esto se escribía cuando Gadafi era aun un “amigo”. Pero esto muestra la ausencia total de principios en el jefe de EE UU y de sus aliados. Cuando Gadafi reprimió la revuelta islamista de Bengazhi en 2006, lo hizo con las armas y el apoyo de Occidente. Una vez, estamos contra los combatientes tipo Ben Laden, otra vez, los utilizamos. A saber.

Entre estas diversas «oposiciones» ¿cuál prevalecerá? ¿Puede ser éste también un objetivo de la intervención militar de Washington, París y Londres: procurar que “los buenos” ganen? Los buenos desde su punto de vista, claro. Más tarde se utilizará la “amenaza islámica” como pretexto para instalarse de forma permanente. En cualquier caso una cosa es segura: el escenario libio es diferente de los escenarios tunecino o egipcio. Allí era “un pueblo unido contra un tirano”. Aquí estamos en una guerra civil, con un Gadafi que cuenta con el apoyo de una parte de la población. Y en esta guerra civil el papel que han jugado los servicios secretos americanos y franceses ya no es tan secreto…

¿Cuál ha sido el papel de los servicios secretos?

En realidad, el asunto libio no empezó en febrero en Benghazi, sino en París el 21 de octubre de 2010. Según revelaciones del periodista Franco Bechis (Libero, 24 de marzo), fue ese día cuando los servicios secretos franceses prepararon la revuelta de Benghazi. Hicieron “volver” (o tal vez ya anteriormente) a Nuri Mesmari, jefe del protocolo de Gadafi, prácticamente su brazo derecho. El único que entraba sin llamar en la residencia del guía libio. En un viaje a París con toda su familia para una operación quirúrgica, Mesmari no se encontró con ningún médico, al contrario, tuvo encuentros con varios funcionarios de los servicios secretos franceses y con próximos colaboradores de Sarkozy, según el boletín digital Magreb Confidential.

El 16 de noviembre, en el hotel Concorde Lafayette, habría preparado una imponente delegación que debía viajar dos días más tarde a Benghazi. Oficialmente se trataba de responsables del ministerio de Agricultura y de dirigentes de las firmas France Export Céréales, France Agrimer, Louis Dreyfus, Glencore, Cargill y Conagra. Pero según los servicios italianos, la delegación incluía también a varios militares franceses camuflados en hombres de negocios. En Benghazi se encontraron con Abdallah Gehani, un coronel libio al que Mesmari les había presentado como dispuesto a desertar.

A mediados de diciembre, Gadafi, desconfiando, envía un emisario a París para intentar contactar con Mesmari. Pero es arrestado en Francia. Otros libios van de visita a París el día 23 de diciembre y son ellos los que van a dirigir la revuelta de Benghazi con las milicias del coronel Gehani. Además, Mesmari reveló cantidad de secretos de la defensa libia. De todo esto resulta que la revuelta en el Este no fue tan espontánea como se nos ha dicho. Pero esto no es todo. No sólo fueron los franceses…

¿Quién dirige actualmente las operaciones militares del “Consejo nacional Libio” anti-Gadafi? Un hombre justamente llegado de EE UU el 14 de marzo, según Al-jazzira. Presentado como una de las dos “estrellas” de la insurrección libia por el diario británico de derechas Daily Mail, Khalifa Hifter es un antiguo coronel del ejército libio pasado por EE UU. Fue uno de los principales comandantes de Libia hasta la desastrosa expedición al Chad a finales de los 80; emigró inmediatamente a EE UU y vivió los últimos veinte años en Virginia. Sin ninguna fuente de ingresos conocida, pero a muy poca distancia de las oficinas… de la CIA. (10) El mundo es un pañuelo.

¿Cómo puede un alto militar libio entrar con toda tranquilidad en EE UU unos años después del atentado terrorista de Lockerbie, por el que Libia fue condenada, y vivir durante veinte años tranquilamente al lado de la CIA? Por fuerza tuvo que ofrecer algo a cambio. Publicado en 2001, el libro Manipulations africaines de Pierre Péan, traza las conexiones de Hifter con la CIA y la creación, con el apoyo de la misma, del Frente Nacional de Liberación Libio. La única hazaña del susodicho frente será la organización en 2007, en EE UU, de un “congreso nacional” financiado por el National Endowment for Democracy (11), tradicionalmente el mediador de la CIA para engrasar a las organizaciones al servicio de EE UU…

En marzo de este año, en fecha no comunicada, el presidente Obama firmó una orden secreta que autoriza a la CIA a emprender operaciones en Libia para derrocar a Gadafi. El Wall Street Journal, que informa de ello el 31 de marzo, añade: “Los responsables de la CIA reconocen haber estado activos en Libia desde hacía varias semanas, al igual que otros servicios secretos occidentales”.

Todo esto ya no es muy secreto, circula por internet desde hace algún tiempo; lo que es extraño es que los grandes medios no hayan dicho ni palabra. Sin embargo se conocen muchos ejemplos de “combatientes de la libertad” armados de este modo y financiados por la CIA. Por ejemplo, en los años 80, las milicias terroristas de la contra, organizadas por Reagan para desestabilizar Nicaragua y derrocar su gobierno progresista. ¿Nada se ha aprendido de la Historia? Esta “Izquierda” europea que aplaude los bombardeos ¿no utiliza internet?

¿Habrá que extrañarse de que los servicios secretos italianos ‘delaten’ así las hazañas de sus compañeros franceses y que estos ‘delaten’ a sus colegas americanos? Eso sólo si se cree en historias bonitas sobre la amistad entre “aliados occidentales”. Ya hablaremos…

II. ¿Cuáles son los verdaderos objetivos de EEUU?

En este punto de nuestra reflexión, varios indicios permiten ya descartar definitivamente la tesis de la guerra humanitaria o de la reacción impulsiva ante los acontecimientos. Si Washington y París han deliberadamente rechazado toda negociación, si han estado “forjando” desde hace tiempo la oposición libia y preparado escenarios detallados de intervención, si los portaviones estaban preparados desde hacía tiempo, listos para intervenir (como lo ha confirmado el almirante Gary Roughead, jefe de la US Navy: “Nuestras fuerzas ya estaban posicionadas frente a Libia”, Washington, 23 de marzo), fuerza es pensar que esta guerra no se decidió en el último momento como reacción a súbitos acontecimientos, sino que estaba planificada. Porque esta guerra persigue unos objetivos que sobrepasan muy de lejos la persona de Gadafi. ¿Cuáles?

En esta guerra contra Libia, Washington persigue varios objetivos a la vez: 1. Controlar el petróleo. 2. Asegurar a Israel. 3. Impedir la liberación del mundo árabe. 4. Impedir la unidad africana. 5. Instalar la OTAN como gendarme de África.

¿Parecen muchos objetivos? Sí. Exactamente igual que en las guerras precedentes: Iraq, Yugoslavia, Afganistán. Una guerra de este tipo, efectivamente, cuesta mucho y supone riesgos importantes para la imagen de EE UU sobre todo si no logran ganarla. Si Obama desencadena una guerra así, es porque espera obtener importantes ganancias.

Objetivo nº 1: Controlar todo el petróleo

Algunos dicen que esta vez no es una guerra por el petróleo porque las cantidades libias serían marginales en la producción mundial y que, de todas maneras, Gadafi ya vendía su petróleo a los europeos. Pero esta gente no entiende en qué consiste la “guerra mundial del petróleo”…

Con el agravante de la crisis general del capitalismo, las grandes potencias económicas están metidas en una pelea cada vez más encarnizada. En este juego de sillas las plazas son caras. Para garantizar una silla a sus multinacionales, cada potencia debe batirse en todos los frentes: conquistar mercados, conquistar zonas de mano de obra rentable, obtener grandes contratos públicos y privados, asegurarse monopolios comerciales, controlar a Estados que les concedan ventajas… Y sobre todo, asegurarse el dominio de las materias primas codiciadas. Y ante todo, del petróleo.

En el año 2000, al analizar las guerras que iban a venir, en nuestro libro Monopoly, escribíamos: “Quien quiera dirigir el mundo debe controlar el petróleo. Todo el petróleo. Donde quiera que esté.” Si eres una gran potencia, no te basta con asegurar tu propio aprovisionamiento de petróleo. Cada vez querrás más, querrás lo máximo. No sólo por los enormes beneficios, sino porque asegurándote un monopolio, estarás en condiciones de privar de él a tus rivales molestos y someterlos a tus condiciones. Tendrás el arma absoluta. ¿Chantaje? Sí.

Desde 1945, EE UU ha hecho todo por asegurarse este monopolio sobre el petróleo. Un país enemigo como Japón, por ejemplo, dependía al 95% de EE UU en su aprovisionamiento de energía. Con lo que garantizar su obediencia. Pero las relaciones de fuerza cambian, el mundo se hace multipolar y EE UU se enfrenta a la subida de China, a la recuperación de Rusia, a la emergencia de Brasil y otros países del Sur. El monopolio se hace cada vez más difícil de mantener.

¿Que el petróleo libio representa solamente el 1% o el 2% de la producción mundial? De acuerdo, pero es el de mejor calidad, de más fácil extracción y por tanto muy rentable. Y sobre todo está muy cerca de Italia, de Francia y de Alemania. Importar petróleo de Oriente Medio, de África negra o de América latina sale a un coste mucho mayor. Sí que hay pues guerra por el oro negro libio. Y más para un país como Francia tan comprometido en un programa nuclear cada vez con más riesgos.

En este contexto hay que recordar dos cosas: 1. Gadafi deseaba subir la participación del Estado libio en el petróleo del 30% al 51%. El 2 de marzo último, Gadafi se quejaba de que la producción petrolera de su país estaba en su nivel más bajo. Amenazó con sustituir las firmas occidentales que habían dejado Libia por sociedades chinas, rusas e indias. ¿Coincidencia? Cada vez que un país africano se vuelve hacia China, ya tiene problemas.

Otro indicio: Alí Zeidan, el hombre que largó lo de los “seis mil muertos civiles”, víctimas de los bombardeos de Gadafi, este hombre que es también portavoz del famoso CNL, el gobierno de oposición, reconocido por Francia. Pues bien, en este punto, Alí Zeidan declaró que “los contratos firmados serán respetados”, pero que el futuro poder ¡“tendrá en cuenta a las naciones que nos han ayudado”! Se trata pues ciertamente de una guerra del petróleo. Pero no se desarrolla únicamente en Libia…

¿Por qué estas rivalidades EE UU – Francia – Alemania?

Si la guerra contra libia es justa y humanitaria, no se comprende por qué los que la hacen se pelean entre ellos. ¿Por qué Sarkozy se precipitó por ser el primero en disparar? ¿Por qué se cabreó cuando la OTAN quiso llevar el control de las operaciones? Su argumento “La OTAN es impopular en los países árabes”, no se tiene en pie. ¡Como si él, Sarkozy, fuera tan popular después de haber protegido, como lo ha hecho, a Israel y a Ben Alí!

¿Por qué Alemania e Italia se mostraron tan reticentes ante esta guerra? ¿Por qué el ministro Frattini declaró al principio que hacía falta “defender la soberanía y la integridad territorial de Libia” y que “Europa no debería exportar la democracia a Libia”? (12) ¿Simples divergencias sobre la eficacia humanitaria? No, se trata aquí también de intereses económicos. En una Europa enfrentada a una crisis, las rivalidades son cada vez mayores también. Aun hace unos meses desfilaban todos a Trípoli para abrazar a Gadafi y embolsarse los buenos contratos libios. Los que los obtenían, no tenían ningún interés en derrocarlo. Los que no, sí tenían interés en ello. ¿Quién era el primer cliente del petróleo libio? Italia. ¿El segundo? Alemania. Continuemos con las inversiones y las exportaciones de las potencias europeas… ¿Quién había conseguido la mayoría de contratos en Libia? Italia. ¿Número dos? Alemania.

Era la firma alemana BASF la que había llegado a ser la principal productora de petróleo en Libia con una inversión de dos mil millones de euros. Era la firma DEA, filial del gigante del agua RWE, la que obtuvo más de 40 000 kilómetros cuadrados de yacimientos de petróleo y de gas. Era la firma alemana Siemens la que jugaba el papel más importante en las enormes inversiones del gigantesco proyecto “Great Man Made River”, el mayor proyecto de irrigación del mundo, una red de tuberías para llevar el agua desde los acuíferos de Nubia hasta el desierto del Sáhara. Más de 1300 pozos, a menudo a más de 500 metros de profundidad, que una vez terminados, suministrarían cada día 6,5 millones de metros cúbicos de agua a Trípoli, Benghazi, Sirte y otras ciudades. (13) ¡25 mil millones de dólares que atraían algunas codicias! Además de esto, Libia con sus petrodólares se había embarcado en un ambicioso programa para renovar sus infraestructuras, construir escuelas y hospitales y para industrializar el país.

Aprovechándose de su potencial económico, Alemania se había asociado con socios privilegiados de Libia, Arabia Saudita y los países del Golfo arábigo. No tenía pues ningún interés en manchar su imagen en el mundo árabe. En cuanto a Italia, hay que recordar que colonizó Libia con una brutalidad inaudita apoyándose en las tribus del oeste contra las del este. Ahora, con la mediación de Berlusconi, las sociedades italianas obtuvieron muy buenos contratos. Tienen pues mucho que perder. Al contrario, Francia e Inglaterra, que nunca habían logrado buenos trozos del pastel, se ponen a la ofensiva para lograr su parte en este pastel. Y la guerra de Libia es sencillamente la prolongación de la batalla económica por otros medios. El mundo capitalista, decididamente, no es muy bello.

La rivalidad económica se traduce en términos militares. En una Europa en crisis y dominada por una Alemania de altos rendimientos (gracias sobre todo a su política de bajos salarios), Francia rompe sus alianzas y se vuelve hacia Inglaterra para intentar reequilibrar la situación. París y Londres tienen más medios militares que Berlín e intentan jugar esta carta para contrarrestar su debilidad económica.

Objetivo nº 2: Asegurar a Israel

En el Oriente Medio, todo está ligado. Como nos explica Noam Chomski en una entrevista: “A partir de 1967, el gobierno de EE UU viene considerando a Israel como una inversión estratégica. Como un distrito policial encargado de proteger a las dictaduras árabes productoras de petróleo”. (14) Israel es el poli del Oriente Medio.

Sólo que el nuevo problema para Washington es que los numerosos crímenes cometidos por Israel (Líbano, Gaza, Flotilla humanitaria,…) lo aíslan cada vez más. Los pueblos árabes reclaman el fin de este colonialismo. De repente, es el “poli” el que necesita ser protegido. Israel no puede sobrevivir sin un entorno de dictaduras árabes que no tengan en absoluto en cuenta la voluntad de sus pueblos de ser solidarios con los palestinos. Por eso Washington protegía a Mubarack y a Ben Alí, y seguirá protegiendo a otros dictadores.

EE UU teme “perder” Túnez y Egipto en los próximos años. Lo que cambiaría la relación de fuerzas en la región. Después de la guerra contra Iraq en 2003, que era además una advertencia y una intimidación para los otros dirigentes árabes, Gadafi se sintió amenazado. Y entonces empezó a multiplicar las concesiones, a menudo exageradas, a las potencias occidentales y a su neoliberalismo. Lo que le había debilitado en el plano interior de las resistencias sociales. Cuando se cede al FMI, se hace daño a la población. Pero si mañana Túnez o Egipto virasen a la izquierda, Gadafi podría reconsiderar sus concesiones. Un eje de resistencia El Cairo – Trípoli – Túnez, haciendo frente a EE UU y decidido a hacer plegarse a Israel, sería una pesadilla para Washington. Hacer caer a Gadafi es pues una prevención.

Objetivo nº 3: Obstaculizar la liberación del mundo árabe

¿Quién domina hoy sobre el conjunto del mundo árabe, su economía, sus recursos y su petróleo? No los pueblos árabes, ya se sabe. Pero tampoco los dictadores del lugar. Sí, ellos ocupan la escena, pero los verdaderos amos están detrás de la escena.

Son las multinacionales de EE UU y europeas las que deciden lo que hay que producir o no en estos países, qué salarios hay que pagar, a quién aprovecharán los beneficios del petróleo y qué dirigentes se les impondrán. Son las multinacionales las que enriquecen a sus accionistas a costa de las poblaciones árabes.

Imponer a tiranos al conjunto del mundo árabe tiene consecuencias muy graves: el petróleo, pero también los otros recursos naturales que sirven solamente al beneficio de las multinacionales, no a diversificar la economía local o a crear empleos. Además, las multinacionales marcan bajos salarios para el turismo, las pequeñas industrias y los servicios en subcontratas.

De repente las economías se hacen dependientes, desequilibradas y ya no responden a las necesidades de los pueblos. En los años que vienen, se va a agravar el paro porque el 35% de los árabes tiene menos de 15 años. Los dictadores son empleados de las multinacionales, son los encargados de asegurarles los beneficios y romper la contestación. Los dictadores tienen como rol impedir la justicia social.

Trescientos millones de árabes distribuidos en veinte países, pero considerándose a justo título, una sola nación, se encuentran pues ante una elección decisiva: ¿aceptar el mantenimiento de este colonialismo o hacerse independientes tomando un nuevo rumbo? Todo el mundo alrededor está en plena transformación: China, Brasil y otros países se emancipan políticamente, lo que les permite progresar económicamente. El mundo árabe ¿va a quedarse atrás? ¿Seguirá siendo una dependencia de EE UU y de Europa, un arma que estos utilizan contra las otras naciones en la gran batalla económica y política internacional? ¿O bien, sonará al fin para ellos la hora de la liberación?

Esta idea aterroriza a los estrategas de Washington. Si el mundo árabe y el petróleo se les van de las manos, se les acabó el domino del planeta. Porque EE UU, una potencia en declive económico y político, está cada vez más contestado: por Alemania, por Rusia, por América latina y por China. Además, numerosos países del Sur aspiran a establecer relaciones Sur – Sur, más ventajosas que la dependencia de EE UU.

Cada vez le cuesta más mantenerse como la mayor potencia mundial, capaz de rapiñar a naciones enteras y de llevar la guerra por todos los sitios a donde decida llevarla. Repitámoslo: si mañana el mundo árabe se une y se libera, si EE UU pierde el arma del petróleo, no será más que una potencia de segundo orden en un mundo multipolar. Pero eso será también un gran progreso para la humanidad: las relaciones internacionales tomarán un nuevo rumbo y los pueblos del Sur podrán por fin decidir su propio destino y terminar con la pobreza.

Aquellos para quienes la democracia es peligrosa

Las potencias coloniales o neocoloniales de ayer nos juran que han cambiado. Después de haber financiado, armado, aconsejado y protegido a Ben Alí y a Mubarak y compañía, he aquí que EE UU, Francia y otros nos inundan con declaraciones conmovedoras. Como Hillary Clinton: “Nosotros apoyamos la aspiración de los pueblos árabes a la democracia”.

Mentira total. EE UU y sus aliados no quieren en absoluto una democracia árabe, no quieren en absoluto que los árabes puedan decidir sobre su petróleo y demás riquezas. Han hecho todo para frenar la democratización, para mantener en el poder a los responsables del antiguo régimen. Y cuando eso no funciona, imponerles otros dirigentes encargados de desmovilizar las resistencias populares. El poder egipcio, por ejemplo, acaba de tomar medidas anti-huelga muy brutales.

Explicar la guerra contra Libia con la idea de que después de Túnez y Egipto, Washington y París habrían “comprendido” y quisieran lavar su conciencia o, en todo caso, mejorar su imagen, no es más que una gruesa mentira. En realidad, la política occidental en el mundo árabe forma un conjunto que se aplica bajo tres formas diferente: 1. Mantener dictaduras represivas. 2. Remplazar a Mubarak y a Ben Alí por peones bajo su control. 3. Derrocar los gobiernos de Trípoli, Damasco y Teherán para recolonizar a estos países”perdidos”. Tres métodos, pero un solo objetivo: mantener al mundo árabe bajo dominio para continuar explotándolo.

La democracia es peligrosa cuando se representa solamente los intereses de una pequeña minoría social. Lo que más miedo da a EE UU es que el descontento social haya estallado en casi todas las dictaduras árabes… En Iraq (nuestros medios no han dicho nada) numerosas huelgas han afectado al petróleo, al sector textil, electricidad y otros sectores. En Kut, tropas de EE UU incluso cercaron una fábrica textil en huelga. Ha habido manifestaciones en 16 de las 18 provincias, con todas las comunidades juntas, contra el gobierno corrupto que abandona en la miseria a su pueblo. En Bahréin, bajo la presión de la calle, el rey terminó por prometer una ayuda especial de 2650 dólares a cada familia. En Omán, el sultán Qaboos bin Said, cambió a la mitad del gobierno y aumentó el salario mínimo un 40% y ordenó crear 50 000 empleos. El mismo rey saudí, Fahd, desbloqueó 36 mil millones de dólares para ayudar a las familias con bajos ingresos.

Evidentemente, una cuestión surge entre la gente sencilla: ¿cómo es que tenían todo este dinero? ¿por qué lo tenían guardado en sus cofres? Y la siguiente pregunta: ¿Cuántos miles de millones más habrán robado a sus pueblos con la complicidad de EE UU? Y la última: ¿Cómo poner fin a todo este robo?

“Las «revoluciones Facebook», ¿un gran complot made in USA o auténticas revoluciones?

Una interpretación errónea se está difundiendo por internet: las revoluciones árabes habrían sido desencadenadas y manipuladas por EE UU, que habría ido tirando de las cuerdas con el fin de provocar cambios muy controlados y así poder atacar Libia, Siria, Irán. Todo habría sido “fabricado”. El argumento de esta hipótesis: organismos más o menos oficiales habían invitado a ir a EE UU y formado a ‘cyberactivistas’ árabes que han jugado un papel puntero en la circulación de infos y que han simbolizado una revolución de nuevo tipo, ‘la revolución facebook’.

La idea de este gran complot no se sostiene. En realidad, EE UU ha hecho todo por mantener el mayor tiempo posible a Mubarak, un dictador muy útil. Sin embargo, EE UU lo sabía con muy mala salud y ‘acabado’. En este tipo de situaciones, EE UU prepara evidentemente un ‘plan B’ e incluso un ‘plan C’. El plan B consistiría en remplazar a Mubarak por uno de sus adjuntos. Pero esto no tenía muchas posibilidades de funcionar vista la cólera del pueblo egipcio.

Así pues, EE UU tenía uno, o muchos, Plan C, como lo suelen hacer, por otra parte, en prácticamente cualquier país que quieren controlar. ¿En qué consiste? Compra por adelantado a algunos opositores e intelectuales – sean o no conscientes – e ‘invierte’ en futuro. Llegado el día, empuja a esta gente hacia delante de la escena. Cuánto tiempo funcionará esto, es otra cuestión desde el momento en que la población se moviliza y un régimen, incluso remaquillado, no es capaz de resolver las reivindicaciones populares cuando su objetivo es mantener la explotación de la gente.

Hablar de ‘revolución facebook’ es un mito que le viene bien a EE UU. Igual que hemos señalado desde hace mucho tiempo la importancia de los nuevos métodos de información y movilización por internet, igualmente consideramos absurda la idea de que Facebook sustituya las luchas sociales y las revoluciones. Esta idea les viene bien a los grandes capitalistas (de los que Mubarak era buen representante), pero en realidad lo que ellos temen por encima de todo es la contestación de los trabajadores, porque pone directamente en peligro su fuente de beneficios.

El papel de los trabajadores

Facebook es un método de lucha, pero no es la esencia de la revolución. Esta presentación pretende escamotear el papel de la clase obrera (en sentido amplio), que sería sustituida por internet. En realidad, una revolución es una acción mediante la cual los de abajo liquidan a los de arriba. Con un cambio radical no sólo del personal político sino sobre todo en las relaciones de explotación social.

¡Ay! Según nuestros grandes pensadores oficiales hace tiempo que no tendríamos ya el derecho de usar el término ‘lucha de clases’, que está ya anticuado y hasta es un poco obsceno. No tenéis suerte, el segundo hombre más rico del mundo, el gran banquero Warren Buffet, lo soltó hace ya tiempo: “De acuerdo, hay una lucha de clases en América. Pero es mi clase, la clase de los ricos, que hace la guerra y la hemos ganado”. (15) Señor Buffet, ¡eso no se debe jurar nunca antes de ganar la partida! El último que ríe…

Pero las realidades tunecinas y egipcias confirman la actualidad de la lucha de clases, de acuerdo con el señor Buffet… ¿Cuándo Ben Alí tuvo que hacer sus maletas? El 14 de enero, cuando los trabajadores tunecinos estaban metidos en una huelga general. ¿Cuándo dejó Mubarak su trono? Cuando una potente huelga de los obreros egipcios paralizó las fábricas del textil, correos y hasta los medios oficiales de comunicación. Explicación de Joel Beinin, profesor en la Universidad Stanford y antiguo director de la universidad americana del Cairo: “Estos diez últimos años, una ola de protestas sociales venía afectando a más de dos millones de trabajadores en más de tres mil huelgas, sentadas y otras formas de protesta. Ese fue el telón de fondo de todo este levantamiento revolucionario de las últimas semanas… Pero es que en los últimos días, se ha visto a decenas de miles de trabajadores ligar sus reivindicaciones económicas a la exigencia de abolir el régimen de Mubarak…”. (16)

La revolución árabe no ha hecho más que comenzar. Después de las últimas victorias populares, la clase dominante, siempre en el poder, intenta apaciguar al pueblo con algunas pequeñas concesiones. Obama deseaba que la calle se calmara lo antes posible y que todo quedara como antes. Eso puede funcionar un tiempo, pero la revolución árabe está en marcha. Podrá tomar años, pero será muy difícil pararla.

Objetivo nº 4: Impedir la unidad africana

África es el continente más rico del planeta en abundancia de recursos naturales, pero es también el más pobre. 57% de su población vive bajo el umbral de la pobreza, es decir, con menos de 1,25 € al día. ¿La clave de este misterio? Justamente que las multinacionales no le pagan estas materias primas, se las roban. En África rapiñan los recursos, imponen bajos salarios, acuerdos comerciales desfavorables y privatizaciones nocivas, ejercen toda suerte de presiones y chantajes a Estados débiles, los estrangulan con una deuda injusta, instalan a dictadores complacientes, provocan guerras civiles en las regiones apetitosas…

África es estratégica para las multinacionales porque su prosperidad está basada en el pillaje de sus recursos. Si se pagara un precio correcto por el oro, el cobre, el platino, el coltán, el fosfato, los diamantes y los productos agrícolas, las multinacionales serían mucho menos ricas pero las poblaciones locales podrían alejarse de la pobreza.

Para las multinacionales de EE UU y de Europa es pues vital impedir que África se una y se emancipe. Tiene que seguir dependiente. Un ejemplo, muy bien expuesto por un autor africano, Jean-Paul Pugala… “La historia comienza en 1992 cuando 45 países africanos crean la sociedad RASCOM para disponer de un satélite africano y hacer caer los costes de comunicación en el continente. Telefonear desde o hacia África tiene la tarifa más alta del mundo ya que había un impuesto de 500 millones de dólares que Europa cobraba al año sobre las conversaciones telefónicas, incluso al interior del mismo país, por el tránsito de voz por los satélites europeos como el Intelsat.

Un satélite africano costaba justamente 400 millones de dólares pagables de una vez y no los 500 millones de alquiler al año. ¿Qué banquero financiaría tal proyecto? Pero la ecuación más difícil de resolver era: ¿cómo puede el esclavo liberarse de la explotación servil de su amo solicitándole su ayuda para lograrlo? Así estuvieron el Banco Mundial, el FMI, EE UU, la Unión Europea enredando inútilmente a estos países durante catorce años. Fue entonces cuando Gadafi, en 2006, puso fin al suplicio de esta inútil mendicidad a países occidentales pretendidamente bienhechores, practicantes de préstamos a intereses de usura; el guía libio puso encima de la mesa 300 millones de dólares, el Banco Africano de Desarrollo, 50, el Banco Oeste-Africano de Desarrollo, 27; y así es como África, desde el 27 de diciembre de 2007, tiene su primer satélite de comunicación de su historia. Enseguida China y Rusia se implicaron, en este caso cediendo su tecnología, lo que permitió el lanzamiento de nuevos satélites, sudafricano, nigeriano, angoleño, argelino; incluso un nuevo satélite africano fue lanzado en julio de 2010. Se espera para 2020 que el primer satélite tecnológicamente 100% africano sea construido en suelo africano, concretamente en Argelia. Este satélite está previsto que compita con los mejores del mundo, pero a un coste diez veces menor; un auténtico desafío.

He aquí cómo un simple gesto simbólico, de unos 300 millones, puede cambiar la vida de todo un continente. La Libia de Gadafi hizo perder a Occidente, no sólo los 500 millones de dólares al año, sino los miles de millones de dólares en deuda e intereses que esta misma deuda permite generar hasta el infinito y a escala exponencial, contribuyendo así a mantener oculto el sistema de expolio de África. (…) Es la Libia de Gadafi la que ofrece a toda África su primera revolución verdadera de los tiempos modernos: asegurar la cobertura universal del continente por telefonía, televisión, radiodifusión y muchas más aplicaciones como la telemedicina y la educación a distancia. Por primera vez una conexión a bajo coste está disponible en todo el continente, hasta en las zonas rurales gracias al sistema puente por radio WMAX. (17)

Ya ven, ¡algo que nunca se nos había contado del malo de Gadafi! Que ayudaba a los africanos a emanciparse de la ahogadora tutela de los occidentales. ¿Y no habrá otras cosas más de este género nunca dichas?

Gadafi ha desafiado al FMI y Obama juega a carterista

Sí. Al sostener el desarrollo del «Fondo monetario africano» (FMA), Gadafi cometió el crimen de desafiar al FMI. Ya sabemos que el FMI, controlado por EE UU y Europa, presido por Dominique Strauss-Kahn, ejerce un verdadero chantaje sobre los países en desarrollo. Les presta dinero solamente a condición de que esos países acepten deshacerse de sus empresas en beneficio de las multinacionales, de cursar pedidos sin provecho o de reducir sus presupuestos en salud y educación. En una palabra, este banquero FMI es muy nocivo.

Pues bien, al igual que los Latinos lanzaron su propio Banco Sur, para contrarrestar los chantajes arrogantes del FMI y decidir por sí mismos qué proyectos realmente útiles quieren financiar, el FMA podría comenzar a ofrecer una vía más independiente a los africanos. ¿Y quién financia el FMA? Argelia ha aportado 16 mil millones y Libia 10 mil millones. Es decir, el 62% de su capital.

Por contra, con la mayor discreción mediática, Obama acaba sencillamente de robar treinta mil millones al pueblo libio. ¿Cómo? El 1º de marzo (mucho antes de la resolución de la ONU), dio orden al Tesoro USA de bloquear los depósitos de Libia en EE UU. Después, el 17 de marzo, se las apañó para incluir en la resolución 1973 de la ONU una pequeña frase que autoriza a congelar los haberes de la banca central libia así como los de la compañía nacional libia de petróleo. Ya sabemos que Gadafi ha amasado un tesoro petrolero que le ha permitido invertir en grandes sociedades europeas, en grandes proyectos de desarrollo africano (y tal vez también en algunas campañas electorales europeas, ¡pero esto no parece constituir una forma eficaz de seguro de vida!...)

En suma, Libia es una país demasiado rico (200 mil millones de dólares en reservas) que ha atraído las ambiciones de una potencia híper-endeudada, EE UU. Entonces, para desviar las decenas de miles de millones de dólares de la banca nacional libia, es decir, afanando en los bolsillos del pueblo libio, Obama bautizó así, sencillamente, todo esto de “fuente potencial de financiación del régimen Gadafi” con lo que la jugada estaba hecha. Un auténtico ratero.

A pesar de todos sus esfuerzos para ablandar a Occidente multiplicando las concesiones al neoliberalismo, Gadafi seguía inquietando a los dirigentes de EE UU. Un cable de la embajada de EEUU en Trípoli, con fecha de noviembre 2007, lamenta esta resistencia: “Los que dominan la dirección política y económica de Libia llevan políticas cada vez más nacionalistas en el sector de la energía”. Rechazar toda privatización ¿justifica los bombardeos? La guerra es ciertamente la continuación de la economía por otros medios.

Objetivo nº 5: Instalar la OTAN como gendarme de África

En principio la OTAN se pensaba que estaba para proteger a Europa contra las “amenaza soviética”. Desaparecida la URSS, la OTAN debería desaparecer también. Pero sucedió lo contrario…

Después de haber bombardeado Bosnia en 1995, Javier Solana, secretario general de la OTAN, declaraba: “La experiencia adquirida en Bosnia podrá servir de modelo para nuestras operaciones futuras de la OTAN”. Por entonces, yo escribí: “la OTAN reclama de hecho una zona de acción ilimitada. Yugoslavia ha sido un laboratorio para preparar próximas guerras. ¿Dónde tendrán lugar?” (18) Y avanzaba esta respuesta: “Eje nº 1: Europa del Este. Eje nº 2: Mediterráneo y Oriente Medio. Eje nº 3: el Tercer mundo en general”. En ello estamos, es el programa que hoy se está realizando.

Desde 1999, la OTAN bombardeaba Yugoslavia. Una guerra para someter a un país al neoliberalismo como hemos visto. Estudiando los análisis de los estrategas USA, yo subrayaba entonces esta frase de uno de ellos, Stephen Blank: “Las misiones de la OTAN serán cada vez más ‘out of area’ (fuera de la zona de defensa). Su función principal, ser el vehículo de la integración de regiones cada vez más numerosas en la comunidad occidental económica, de seguridad, política y cultural”. (19)

¡Someter regiones cada vez más numerosas a Occidente! Entonces yo escribí: “La OTAN es el ejército al servicio de la globalización, el ejército de las multinacionales. Paso a paso, la OTAN se transforma efectivamente en gendarme del mundo”. (20) E indicaba los próximos objetivos probables: Afganistán, Cáucaso, vuelta a Iraq… Esto para empezar.

Hoy que todo esto se ha cumplido, algunos me preguntan: ¿Tiene usted una bola de cristal?». No es necesaria la bola de cristal, basta con estudiar los documentos del Pentágono y de los altos despachos de estrategia USA, que ni siquiera son secretos, y deducir y comprender su lógica.

Y esta lógica del Imperio de hecho es muy simple: 1. El mundo es una fuente de beneficios. 2. Para ganar la guerra económica ha que ser la superpotencia dominante. 3. Para ello, hay que controlar las materias primas, las regiones y las rutas estratégicas. 4. Toda resistencia a ese control debe ser rota: mediante la corrupción, el chantaje o la guerra, no importa los medios. 5. Para continuar siendo la potencia dominante, hay que impedir absolutamente que los rivales se alíen en contra del amo.

Expansión de la OTAN¡ya en tres continentes!

Para defender estos intereses económicos y convertirse en gendarme del mundo, los dirigentes de la OTAN siembran el pánico: “Nuestro mundo sofisticado, industrializado y complejo ha sido asaltado por muchas amenazas mortales: cambio climático, sequía, hambrunas, ciber-seguridad, cuestión energética”. (21) Así, problemas no militares, sino sociales y medioambientales, se utilizan para aumentar el armamento y las intervenciones militares.

El objetivo de la OTAN de hecho es sustituir a la ONU. Esta militarización del mundo hace nuestro futuro cada vez más peligroso. Y esto a un coste terrible: EE UU prevé para 2011 un presupuesto militar récord de 708 mil millones de dólares. Es decir, 2.320 dólares por habitante. Dos veces más que en los comienzos de Bush. Además, el ministro USA de la Guerra, Robert Gates, no cesa de empujar a los europeos para que gasten más: “La desmilitarización de Europa constituye un obstáculo para la seguridad y para una paz duradera en el siglo XXI”. (22) Los países europeos han tenido que comprometerse con Washington a no disminuir sus gastos militares. Todo en provecho de las firmas de armamento.

La expansión mundial de la OTAN no tiene nada que ver con Gadafi, Sadam Hussein o Milosevic. Se trata de un plan global para continuar el dominio sobre el planeta y sus riquezas, para mantener los privilegios de las multinacionales e impedir a los pueblos elegir su propio destino. La OTAN protegía a Ben Alí, a Mubarak y a los tiranos de Arabia Saudita, la OTAN protegerá a quienes les sucedan, la OTAN destrozará solamente a los que se resistan al Imperio

Para llegar a ser el gendarme del mundo, la OTAN avanza efectivamente paso a paso. Una guerra en Europa contra Yugoslavia, una guerra en Asia contra Afganistán y, ahora, una guerra en África contra Libia. ¡Ya, tres continentes! Hubiera querido intervenir también en América latina organizando maniobras en Venezuela hace dos años. Pero ahí, era demasiado arriesgado, pues América latina está cada vez más unida y rechaza “gendarmes” americanos.

¿Por qué Washington quiere absolutamente instalar la OTAN como gendarme de África? A causa de las nuevas relaciones de fuerza mundiales analizadas más arriba: EE UU en declive, contestado por Alemania, Rusia, América latina y China, incluso por pequeños países del Tercer mundo.

¿Por qué no se habla de AFRICOM?

Lo que más inquieta a Washington es la potencia creciente de China. Al proponer relaciones más igualitarias a los países asiáticos, africanos y latino-americanos, comprando sus materias primas al mejor precio y sin chantaje colonial, ofreciendo créditos más interesantes, haciendo trabajos de infraestructura útiles al desarrollo, China les está ofreciendo una alternativa a la dependencia de Washington, Londres o París. Entonces ¿qué hacer para contrarrestar a China?

El problema es que una potencia en declive tiene menos medios de presión financiera incluso sobre los países africanos; EE UU por tanto ha decidido utilizar su mejor arma: la baza militar. Hay que saber que sus gastos militares sobrepasan los de todos los otros países del globo juntos. Desde hace años vienen avanzando sus peones poco a poco sobre el continente africano. El 1º de octubre de 2008, montaron el “Africom” (Africa Comand). Todo el continente africano, menos Egipto, quedó bajo un único comando USA unificado que reagrupa a la US Army, US Navy, la US Air Force, los marines y las ‘operaciones especiales’ (desembarcos, golpes de estado, acciones clandestinas…) La idea es repetir el mecanismo con la OTAN para apoyar a las fuerzas USA.

Washington, que ve terroristas por todas partes, también los ha encontrado en África. Como por casualidad, en los alrededores del petróleo nigeriano y de otros recursos naturales ambicionados. Así pues, si queréis saber dónde se desarrollarán los próximos episodios de su famosa “guerra contra el terrorismo”, buscad en el mapa del petróleo, el uranio y al coltán, y allí lo encontraréis. Y como el Islam está expandido en numerosos países africanos, entre ellos Nigeria, ya tenéis el próximo escenario…

¿El objetivo real del Africom? ‘estabilizar’ la dependencia de África, impedir su emancipación, impedirle llegar a ser un actor independiente que pudiera aliarse con China y América latina. Africom constituye un arma esencial en los planes de dominación mundial de EE UU que quiere poder apoyarse en un África y en unas materias primas bajo su control exclusivo en la gran batalla que se ha desatado por el control de Asia y el control de sus rutas marítimas. Efectivamente, Asia es el continente donde se juega en adelante la batalla económica decisiva del siglo XXI. Pero es un bocado duro con una China muy fuerte y un frente de economías emergentes que tienen interés en formar un bloque. Washington quiere por lo mismo controlar África del todo y cerrar esa puerta a los chinos.

La guerra contra Libia es pues una primera etapa para imponer el Africom a todo el continente africano. Abre una era no de pacificación del mundo sino de nuevas guerras. En África y en Oriente medio, pero también alrededor del Océano Indico, entre Africa y China.

¿Por qué el Océano Índico? Porque si miran un mapa, verán ustedes que es la gran puerta de China y de toda Asia. Así pues, para controlar este océano, Washington intenta dominar varias zonas estratégicas: 1. Oriente Medio y el Golfo Pérsico, de ahí su nerviosismo a propósito de países como Arabia saudita, Yemen, Bahréin e Irán. 2. El Cuerno de África, de donde su agresividad hacia Somalia y Eritrea. Volveremos más adelante sobre estas geoestrategias en el libro Comprendre le monde musulman: Entretiens avec Mohamed Hassan que estamos preparando para muy pronto.

El gran crimen de Gadafi

Volvamos a Libia. En el marco de la batalla por controlar el continente negro, África del Norte es un objetivo mayor. Al desplegar una decena de bases militares en Túnez, Marruecos y Argelia, así como en otras naciones africanas, Washington se abriría la vía para establecer una red completa de bases militares que cubriría todo el continente.

Pero el proyecto Africom se ha encontrado con una seria resistencia de los países africanos. De manera altamente simbólica, ninguno ha aceptado acoger en su territorio la sede central de Africom. Y Washington ha tenido que mantener su sede en… Stuttgart, Alemania, lo que era muy humillante. En esta perspectiva, la guerra para derrocar a Gadafi en el fondo es una advertencia muy clara a los jefes de Estado africanos que tuvieran la tentación de seguir una vía demasiado independiente.

Este es el gran crimen de Gadafi: Libia no había aceptado ningún lazo con Africom o con la OTAN. En el pasado, EE UU poseían una importante base militar en Libia. Pero Gadafi la cerró en 1969. Es evidente, la guerra actual tiene sobre todo como objetivo recuperar Libia. Sería una avanzada estratégica que le permitiría intervenir militarmente en Egipto si éste se escapara del control de EE UU.

¿Cuáles son los próximos objetivos en África?

La pregunta siguiente será pues: ¿después de Libia a quién le toca? ¿Qué países africanos podrían ser atacados por EE UU? Es muy sencillo. Sabiendo que Yugoslavia había sido también atacada porque rechazaba entrar en la OTAN, basta con mirar la lista de países que no han aceptado integrarse en Africom, bajo el mando militar de EE UU. Cinco son: Libia, Sudán, Costa de Marfil, Zimbabwe, Eritrea. Estos son los próximos objetivos.

Sudán está dividido y bajo la presión de sanciones internacionales. Zimbabue está también bajo sanciones. Costa de Marfil se ha visto inmersa en una guerra civil fomentada por Occidente. Eritrea, obligada a una guerra contra Etiopía, agente de EE UU en la región, actualmente también está bajo sanciones.

Todos estos países han sido o van a ser objetivo de campañas de propaganda y desinformación. Sean dirigidos o no por dirigentes virtuosos y democráticos, eso no tiene nada que ver. Eritrea está intentando una experiencia de desarrollo económico y social autónomo y rechaza las ‘ayudas’ que le puedan venir impuestas por el Banco Mundial y el FMI controlados por Washington. Este pequeño país está cosechando los primeros éxitos de su desarrollo, pero sigue bajo la amenaza internacional. Otros países, si ‘se portan mal’, están también en la mira de EE UU. Argelia concretamente. De hecho no es bueno seguir la propia vía…

Y para los que aun creen que todo esto no es más que una ‘teoría del complot’, que EE UU no tiene programado tanta guerra, sino que improvisa reaccionando según lo que ocurre, recordemos lo que había declarado en 2007 el ex general Wesley Clarck (comandante supremo de las fuerzas de la OTAN en Europa entre 1997 y 2001, que dirigió los bombardeos sobre Yugoslavia): “En 2001, en el Pentágono, un general me dijo: vamos a tomar siete países en cinco años, empezando por Iraq, seguido de Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán para terminar con Irán”. (23) De los sueños a la realidad hay un margen, pero los planes están ahí. Solamente que retardados.

III. Pistas para actuar

Para desbloquear este debate, la batalla de la información, como decíamos aun hace una semana, (24) es la clave. Y esta batalla no puede llevarse a cabo más que por cada uno de nosotros, donde estemos, en función de las personas con las que nos encontremos, escuchando bien lo que les influencia, verificando la información con ellos, pacientemente… Para llevar eficazmenteeste debate, es muy importante estudiar la experiencia de la desinformación en las guerras precedentes.

Los 5 principios de la propaganda de guerra aplicados a Libia

Esta experiencia, lo hemos resumido en los «cinco principios de la propaganda de guerra», expuestos en nuestro libro Israel, parlons-en! En cada guerra, los medios quieren persuadirnos de que nuestros gobiernosestá obrando bien y para ello aplican estos cinco principios: 1. Ocultar los intereses económicos. 2. Invertir la víctima yel agresor. 3. Ocultar la historia. 4. Demonizar. 5. Monopolizar la información.

Estos cinco principios se han vuelto a aplicar contra Libia; ya nos dimos cuenta en las páginas precedentes. Para terminar,llamamos la atención sobre el cuarto: la demonización del adversario.Los guerreristas siempre tienen que persuadir a la opinión de que ellos no actúan para obtener ventajas económicas o estratégicas, sino para eliminar una grave amenaza. En cada guerra, dese hace decenios, el dirigente contrario ha sido siempre presentado como cruel, inmoral y peligroso, con las peores descripciones de sus atrocidades. Más tarde, muchos de esos relatos, a veces todos, se van deshinchando; pero noimporta, ya hicieron su labor: manipular la emoción del público para impedirle analizar los intereses que están realmente en juego. Imposible ya volver atrás.

No hemos tenido los medios para estar presentes en Libia. Pero estuvimos en Yugoslavia, bajo las bombas de la OTAN, y pudimos constatar, y probar, que la OTAN había mentido sistemáticamente. (25)Lo constatamos también en Iraq. En cuanto a Libia, la cosa se parece mucho, pero hasta ahora no hemos tenido los medios para proceder a contrastar las informaciones presentadas. Nuestro equipo de Investig’Acttion no tiene los medios necesarios. Pero varios observadores ya han detectado muchos indicios de desinformación. Por ejemplo, los “seis mil muertos supuestamente víctimas de los bombardeos de Gadafi sobre la población civil”. ¿Dónde están las imágenes? ¿No había ninguna cámara, ningún teléfono móvil allí, como los hubo en Gaza, en la plaza Tahrir, en Túnez o en Bahréin

? Ninguna prueba, ningún testimonio fiable, desmentidos de los satélites rusos o de los observadores de la UE, y sin embargo, la información se cerró en banda incansablemente y ya nadie se atreve a contradecirla so pena de ser tachado de ‘complicidad’.

En una guerra civil no es hacer filtiré, y esto es cierto por ambas partes. Una información parcial siempre intentará hacernos creer que las atrocidades se cometen de solo un lado y por tanto hay que apoyar al otro. Pero conviene ser prudentes sobre este tipo de relatos.

¿Quién nos informa?

Una cosa que hay que mostrar…. Es que la demonización no cae del cielo. Es difundida por medios que toman partido, a menudo sin decirlo. Sin embargo, es la primera pregunta que debería hacerse en una guerra ¿me han dejado escuchar a la otra parte?

¿Por qué en Europa y en EE UU los medios están todos de acuerdo sobre Gadafi? Y ¿por qué en América latina, en África, en Rusia, se denuncia por el contrario una nueva cruzada imperialista? ¿Se equivocan todos estos? ¿Son los occidentales los que saben mejor todo lo que pasa? ¿O es más bien que cada cual está influenciado por sus medios? Entonces ¿debemos seguir ciegamente a nuestros medios, o contrastarlos?

Estamos siendo abundantemente saturados sobre los aspectos negativos de Gadafi. Pero ¿se nos ha informado de sus aspectos positivos? ¿Quién nos ha informado de su ayuda a los proyectos de desarrollo africano? ¿Quién nos ha dicho que Libia conoce, según las instituciones internacionales, el más alto ‘índice de desarrollo humano’ de toda África, muy lejos de los favoritos del Oeste como Egipto o Túnez? Esperanza de vida, 74 años; analfabetismo reducido al 5%; presupuesto en educación, el 2% del PIB y el de defensa, el 1,1%.

Distinguir dos cuestiones diferentes

Hay mucha intimidación intelectual en el debate sobre Libia. Si denuncias la guerra contra Libia, se te acusa de todo lo que ha hecho Gadafi. Pues no. Hay que distinguir dos problemas muy distintos.

Por una parte, los libios tienen absolutamente el derecho de elegir a sus dirigentes y de cambiarlos por los medios que ellos consideren necesarios. ¡Los libios! No Obama, ni Sarkozy. Después de hacer una separación de las acusaciones contra Gadafi, lo que está verdaderamente atestiguado y lo que es más bien propaganda interesada, un progresista puede perfectamente desear que los libios tengan un dirigente mejor.

Por otra parte, cuando Libia es atacada porque unos piratas quieren dar un golpe de mano en su petróleo, sus reservas financieras y su posición estratégica, entonces hay que decir que el pueblo libio va a sufrir aun más bajo el poder de estos piratas y sus marionetas. Libia perderá su petróleo, sus empresas, las reservas de su banco nacional, sus servicios sociales y su dignidad. El neoliberalismo le aplicará sus sucias recetas que han hundido ya a tantos otros pueblos en la miseria.

Ahora bien, un ‘buen dirigente’ nunca llega sino en las maletas de los invasores y a golpe de bombas. Es lo que EE UU llevó a Iraq, un Al-Maliki y un pequeño grupo de corruptos que venden su país a las multinacionales. En Iraq ya tienen la democracia, pero además han perdido el petróleo, la electricidad, el agua, las escuelas y todolo que permite una vida digna. Es lo que EE UU llevó a Afganistán, un Karzai que reina sobre nada, si acaso sobre un barrio de Kabul, mientras que las bombas USA machacan aldeas, fiestas de bodas, escuelas y el comercio de la droga está más boyante que nunca.

Los dirigentes que se impusieran en Libia mediante las bombas occidentales, serán aun peores que Gadafi. Por lo tanto, hay que apoyar al gobierno legal libio cuando se resiste a lo que es una auténtica agresión neocolonial. Porque todas las soluciones previstas por Washington y sus aliados son malas: sea el derrocamiento o el asesinato de Gadafi, sea la escisión del país en dos o la ‘somalización’, es decir, una guerra civil de baja intensidad y larga duración. Todas estas soluciones traerán sufrimiento a las poblaciones.

La única solución de interés para los libios es la negociación, con mediadores internacionales desinteresados que no sean parte del conflicto, como Lula. Un buen acuerdo implica el respeto de la soberanía libia, el mantenimiento de la unidad del país, la preparación de las reformas para la democracia y poner fin a las discriminaciones regionales.

Hacer respetar el derecho, lo contrario al ‘derecho de injerencia’

Este delicado debate político hay que intentar traerlo siempre a los principios de base de la vida internacional: soberanía de los estados, coexistencia pacífica entre los diferentes sistemas, no injerencia en los asuntos internos. A las potencias occidentales les gusta presentarse como que buscan hacer respetar el derecho. Es totalmente falso.

Senos dice que EE UU es hoy mucho más respetuoso del derecho internacional de lo que era cuando el cow-boy Bush, y que esta vez ha habido una resolución de la ONU. No es aquí el sitio de discutir si la ONU representa verdaderamente la voluntad democrática de los pueblos y si los votos de numerosos estados no son objeto de compra o de presiones.

Simplementedetallar que esta resolución 1973 viola el derecho internacional y, en primer lugar, la Carta Fundamental… de la misma ONU. Efectivamente, su artículo 2 § 7, estipula: “Ninguna disposición de la presente Carta autoriza a las naciones Unidas a intervenir en los asuntos que pertenecen esencialmente a la jurisdicción interna de un Estado”. Reprimir la insurrección armada es competencia de un Estado, aun si hubiera que lamentar las consecuencias. De todos modo, si bombardear a rebeldes armados esconsiderado como un crimen intolerable, entonces hay que juzgar de urgencia a Bush y a Obama por lo que han hecho en Iraq y en Afganistán.

Igualmente, el artículo 39 limita los casos en que la coerción militar es autorizada: “La existencia de una amenaza contrala paz, de una ruptura de la paz o de un acto de agresión”. Hay que señalar, aunque solamente sea por reírnos, que incluso el tratado de la OTAN precisa en su artículo 1: “Las partes se comprometen, tal y como está estipulado en la Carta de la Naciones Unidas, a reglar por medios pacíficos todos los diferendos internacionales en los que pueda verse implicados”.

Se nos presenta este “derecho de injerencia humanitaria” como una novedad y un gran progreso. En realidad, el derecho de injerencia ha venido siendo practicado durante siglos por las potencias coloniales contra los países de África, de Asia y de América latina. Por los fuertes contra los débiles. Y es precisamente para poner fin a esta política de la cañonera por lo que fueron adoptadas en 1945 nuevas reglas del derecho internacional. Concretamente la Carta de Naciones Unidas ha prohibido a los países fuertes invadir a los países débiles y este principio de la soberanía de los Estados constituye un progreso en la Historia. Anular esta conquista de 1945 y volver al derecho de injerencia, es volver al tiempo de las colonias.

Entonces, para hacer que se apruebe una guerra muy interesada, se toca la cuerda sensible: el derecho de injerencia sería necesario para salvar a las poblaciones en peligro. Tales pretextos también eran utilizados en su tiempo por las colonialistas Francia, Inglaterra y Bélgica. Y todas las guerras imperiales de EE UU se han hecho con este tipo de justificaciones. Con EE UU y sus aliados como gendarmes del mundo, el derecho de injerencia pertenecerá evidentemente a los fuertes contra los débiles, nunca al revés. ¿Tiene acaso Irán el derecho de injerencia para salvar a los palestinos? ¿Tiene Venezuela el derecho de injerencia para poner fin al sangriento golpe de Estado en Honduras? ¿Tiene Rusia el derecho de injerencia para proteger a los bahreinís?

En realidad, la guerra contra Libia es un precedente que abre la vía a la intervención armada de EE UU o de sus aliados en no importa qué país árabe, africano o latino-americano. Hoy se va a matar a miles de libios “para protegerles” y mañana se irá a matar a civiles sirios o iraníes o venezolanos o eritreos “para protegerles”, en tanto que los palestinos y todas las demás víctimas de los “fuertes” continuarán sufriendo dictaduras y masacres…

Mostrar que la intervención occidental viola el derecho y nos vuelve altiempo de las colonias, me parece que es un tema que hay que poner en el centro del debate.

¿Qué hacer?

EE UU bautizó la guerra contra Libia de «Aurora de la Odisea». Ahora bien, sus nombres codificados contienen siempre un mensaje dirigido a nuestro inconsciente. La Odisea, el gran clásico de la literatura griega, relata el viaje durante veinte años emprendido por Ulises a través del universo. Con medias palabras se nos está diciendo que Libia hoy es el primer acto de un largo viaje de EE UU para (re)conquistar África.

Intentan así parar su declive. Pero al final, será en vano. EE UU perderá inevitablemente su trono. Porque este declive no es debido al azar o a circunstancias particulares, es debido a su mismo modo de funcionamiento. En 1865, el célebre teórico del capitalismo, Adam Smith,apoyó al presidente USA, Abram Lincoln, en la abolición de la esclavitud: “La economía de cualquier país que practique la esclavitud está iniciando un descenso hacia el infierno que será muy duro el día que otras naciones se despierten”.

De hecho EE UU ha remplazado una esclavitud por otra. En el siglo XX levantó su prosperidad sobre la dominación y el pillaje de países enteros, vivió como parásito y por lo mismo debilitó sus capacidades económicas internas. La humanidad tiene gran interés en que ese sistema se acabe definitivamente. La misma población de EE UU tiene interés en ello. Para que se deje de cerrar fábricas, de destruir empleo y de confiscar sus casas para pagar bonos de banqueros y gastos de guerra. La población europea tiene también interés en una economía no al servicio de las multinacionales y sus guerras, sino al servicio de la gente.

Estamos pues en una encrucijada. ¿Qué ‘albar’ queremos elegir? ¿La anunciadapor EE UU que nos llevará durante veinte o treinta años por guerras incesantes en todos los continentes? ¿O más bien un ‘alba’verdadera, otro sistema de relaciones internacionales en las que nadie imponga a nadie sus intereses por la fuerza y donde cada pueblo pueda elegir libremente su camino?

Como en cada guerra de los últimos veinte años, una gran confusión reina en la izquierda europea. Los discursos seudo-humanitarios difundidos por los medios ciegan porque nos olvidamos de escuchar la otra versión, de estudiar las guerras precedentes, de contrastar la información.


(*) Autor de varios libros sobre las estrategias de guerra de EE.UU. y de los falsimedias en los conflictos precedentes, Investig’Action. Fuente: www.michelcollon.info