Por
aquí pasó, compadre,
hacia
aquellos montes lejos.
Por
aquí vestida de humo
la
brisa que cruzó ardiendo
fue
silbo de tierra libre
entre
su manta y sus sueños.
Mírele
el rastro en la paja,
míreselo,
compañero,
como
las claras garúas
en
el terronal reseco,
como
en las mesas el pozo,
como
en el caño el lucero,
como
la garza en el junco,
como
la tarde en los vuelos,
como
el verde en el quemado,
como
en el banco el incendio,
como
el rejón en la carga,
como
la gaza en el rejo,
como
el cocuyo en el aire,
como
la luna en el médano,
como
el potro en el Escudo
y
el tricolor en el cielo.
Por
aquí pasó, compadre,
hacia
aquellos montes lejos.
Aquí
va su estampa sola;
grave
perfil aguileño,
arzón
de cuero tostado,
tordillo
de bravo pecho
De
bandera va su capa,
su
caballo de puntero,
baquiano,
volando rumbos,
artista,
labrando pueblos,
hombre,
retoñando patrias,
picando
glorias, tropero.
Oígale
la voz perdida;
sobre
el resol de los médanos,
la
voz del grito más hondo
oígasela,
compañero,
como
el son de las guaruras
cuando
pasan los arrieros,
como
la brisa en la palma,
como
el águila en el ceibo,
como
el trueno en las lejuras,
como
el cuatro en el alero,
como
el eco en las tonadas
como
el compás en el remo
como
el tiro en el asalto,
como
el toro en el rodeo,
como
el relincho en el alba,
como
el casco en el estero,
como
la pena en la canta,
como
el gallo en el silencio,
como
el grito del Catire
en
las Queseras del Medio,
como
la Patria en
el Himno,
como
el clarín en el Viento.
Por
aquí pasó, compadre,
dolido,
gallardo, eterno.
El
sol de la tarde estira
su
perfil sobre el desierto.
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